sábado, 30 de marzo de 2019

¡Eh! Que va de coña.



Ya lo dijo no recuerdo qué pensador clásico, o algo muy parecido, y si no lo dijo ninguno vaya mierda de pensadores: Para poder dedicar tiempo suficiente al pensamiento crítico como para conformar un razonamiento sólido hay que tener las necesidades básicas cubiertas y garantizadas (que son cosas distintas).

Ergo, en una sociedad que vive en su mayoría, o en un porcentaje muy alto, sin tener garantizadas sus necesidades básicas, y cubriéndolas muchas veces haciendo algo más que economía imaginativa, cada vez más alejada de la condición sine qua non que hemos puesto como premisa para un razonamiento de cierta enjundia, poco podemos esperar de la creación de un pensamiento propio.

No así de la proliferación de la expansión de un pensamiento simplista, reductivista y maniqueo. Sutil en las formas pero devastador en las formas. Creador de conciencias manipuladas que aún tienen la falsa ilusión de estar pensando por sí mismas o, más extendido aún, ni siquiera se lo plantean.

Si entendemos la Justicia Social como un bien imprescindible, deberíamos ser coherentes. Para quien vea en coherente un concepto amplio, manejable y adaptable a su interés lo diré más claro: equiparar discurso a acción. Y créanme, señores y señoras, ser coherente es muy jodido e incomodo a nivel individual y social.

Si entendemos la equidad como principio de la justicia social y aplicamos sobre esta premisa el silogismo hacia el planteamiento del párrafo anterior, entenderíamos como lógico el hecho de que no deberían existir las élites.

Ahora bien, las élites no renuncian motu propio a las prebendas. Es más, el ser humano, por educación o por naturaleza, ya me da igual, tiende mucho antes a querer ser élite que a querer realmente justicia social. Las élites, muy de vez en cuando, hacen pequeñas concesiones que no suponen más que un pitorrito de la olla exprés por el que va saliendo cierto vapor que reduce la presión ante el previsible estallido.

Por tanto, si creemos en la Justicia Social como elemento indispensable para la convivencia y en la equidad como su pilar más básico y lo aplicamos coherentemente, se antoja necesaria la erradicación de las élites, que como ya hemos visto, son agentes con gran resistencia al cambio y medios de control para mantener el statu quo e incluso ir ganando metros a cada día que pasa.

Ante este hecho, creo que lo más compasivo sería que nos saltemos los preliminares acomodaticios y los ansiolíticos y empecemos a matarlos, a matarnos, a desaparecer, cuanto antes. Porque no nos engañemos, no tenemos remedio.

C.

jueves, 26 de abril de 2018


Espejito, espejito. ¿Quién es la más bonita del reino?
La realidad supera la ficción, desde luego. Lo hemos visto mil y una veces, pero es que en ocasiones el asunto lleva una carga de surrealismo que no sabes si estás en el mundo real o en una mezcla de Amanece que no es poco, El gran Lebowski y El camarote de los Marx.
No vamos a negarlo, somos igual de pesados o más que cualquier medio informativo, pero es que era imposible resistirse. Lo dantesco de la situación lo exige. No ya porque la cosa sea de risa, sino porque esto es un sin dios de magnitudes desproporcionadas.
A estas alturas ya sabéis de lo que va esto; Cristina Cifuentes y su particular bajada a los infiernos. Las últimas presidentas de la Comunidad de Madrid parecen hechas a prueba de bombas. Accidentes de helicóptero, de moto, y nada. Como los malos de Terminator, cuando crees que ha palmado, vuelven más fuertes que nunca. Y como son inmortales, pues se empeñan en cagarla por su cuenta para darle emoción a sus vidas.
Las estrategias de comunicación de crisis ante las tropelías que han liado son de partirse la caja de risa si no fuera por lo indignantes que resulta. Empecemos.
Esperanza Aguirre se marca un Grand Theft Auto con la Policía Local madrileña y se acoge a sagrado en su pisito de protección oficial amparada por sus escoltas. ¿Su táctica? Aquí no ha pasado nada.
Con el famoso máster de Cifuentes ha pasado lo mismo. Pío, pío que yo no he sido. ¿Y luego qué? Firmas falsas, documentos “reconstruidos”, renuncia al título. ¿En qué lugar deja eso la reputación de una institución como un gobierno? Saquen sus propias conclusiones.
Estamos ante dos casos de una pésima comunicación de crisis y, en estos casos, lo mejor es empezar por decir la verdad, hacerse con el mando del pulso comunicativo e intentar llevar los tiempos en función de un buen plan de contingencia.
En el segundo supuesto además nos encontramos con una institución educativa que tampoco ha hecho bien su labor en cuanto a comunicación de crisis se refiere, lo que, gracias al sálvese quien pueda de ciertos jerifaltes ha sometido al escarnio público y la cuestionabilidad de varios miles de docentes y alumnos de una universidad pública.
El desastre es obviamente mayúsculo. Lo ideal sería que ciertas personas públicas no incurriesen en según que actos deshonrosos y presuntamente delictivos. Pero una vez hecho, en comunicación hay que coger el toro por los cuernos y tratar de minimizar los daños. Todo lo demás es dar pábulo a rumores que engorden lo que ya está probado.Cambiando de tema un poco pero al hilo de esto, como el colmo de la desfachatez que da la sensación de impunidad de ostentar un cargo público gubernamental, nos encontramos a la por entonces número dos de la Asamblea de Madrid presuntamente robando unos artículos que perfectamente podía permitirse con su sueldo y que no son de primera necesidad. Resultado: una dimisión que ya debería haber llegado ante la primera sombra de dudas sobre comportamientos irregulares. El movimiento se demuestra andando, sobre todo cuando viene una crisis de las grandes.
El valor reputacional de Cristina Cifuentes carece de valor. Años para conseguir la confianza, minutos para derrumbarla.
La Universidad Rey Juan Carlos I ha quedado en mucho más que en entredicho. La pregunta es: ¿Qué tal le vendrá a Olay ser la crema que la ex presidenta de la Comunidad de Madrid estuvo presuntamente dispuesta a robar? ¿Lo asociaremos como un producto rejuvenecedor o endurecedor de caras? Veremos.

C.

miércoles, 10 de junio de 2015

Ministerios sin resolver



PUEDES CONSEGUIR UN IPHONE 6 SOLO CON....

Ahora que tengo vuestra atención, a ver, vamos a centrarnos ya. ¿Somos gilipollas o qué está pasando aquí? Porque tenemos un problema muy gordo y no veo a nadie montar en cólera. Aunque esto es España, aquí uno se queja en el bar y el Congreso se visita el día de puertas abiertas. (Mentira, la mayoría ni sabe que en la puerta hay dos leones. Pero bueno, es un decir).

Comentaba que tenemos un problema y no es precisamente un asunto menor: El tema del consumo de energía. En este país pasa una cosa muy curiosa (que se note esa ironía, que se note): Pagamos la cuarta factura de la luz más alta de toda Europa, por detrás de Dinamarca, Alemania e Irlanda. ¿Os explico cómo van los sueldos mínimos y las tasas de desempleo en esos países? No hace falta, ¿no? Pues eso. Atiende, que con el gas nos pasa más o menos lo mismo; la tercera más alta. ¡Será por dinero, joder!

Con la factura de la luz pasa como con los trileros: ¿Dónde está la bolita, dónde está la bolita? No te enteras de cómo va la vaina y antes de abrir el sobre ya te han pegado una hostia donde más duele, en la cuenta corriente. Porque esa es otra, te dan cada estacazo que te dejan tullido para todo el mes. Y la tarificación no deja de subir, y de cambiar, y de subir, y de cambar (más liosa cada vez) y de subir. Hasta un  70% en los últimos seis años. Algo que no cuadra ni de lejos con la situación económica del país y de los consumidores. Y el Ministerio de Industria pasando del tema. Así hasta que te mueras o se te hinchen las gónadas y pinches la luz del alumbrado público o truques el contador. Que yo no sé nada de eso, palabra. Pero he oído que unos amigos del primo de uno que conocí de cañas lo habían hecho.

Porque con este comportamiento empresarial por parte del oligopolio de las eléctricas se consigue provocar una situación que precariza la vida del cuidadano: La pobreza energética (para quien no esté familiarizado se lo dejo aquí explicado). La factura de la luz sigue subiendo sin control, como bisontes desbocados en plena estampida. Mientras los salarios bajan y el empleo pierde calidad. Los trabajadores dicen adiós a sus derechos. Muchos ni siquiera tenemos trabajo y gran parte de los parados tampoco dispone de ningún tipo de prestación. Me gustaría que hicierais el esfuerzo de percibir esto como parte de un todo, de una estrategia global neoliberal que pretende arrasar con el pacto social del estado de bienestar. Las cosas claras de una vez, que no tenemos tiempo para gilipolleces. Está pasando ahora mismo, nos están robando. Y esperar a mañana no es una opción.

Et voilà, volvemos al mismo punto recurrente siempre que nos encontramos con un problema de esta índole: El Gobierno y el Estado. La cuestión es clara. Hay herramientas para poder solucionar esta situación, eso está claro. Lo que no hay es voluntad. La cosa es sencilla, los ciudadanos votan a una serie de partidos políticos integrados por personas que deberían representar los intereses de sus votantes y legislar para hacer que el sistema se organice de forma que beneficie a la gran mayoría y garantice a todos una serie de mínimos exigibles para llevar una vida digna. Hasta ahí parece claro y sencillo de entender, ¿no? Pues una polla como un cuello. Se legisla a favor de las empresas de manera descarada y a los ciudadanos que nos den por el culo con un rodillo de cocina. Sin lubricante.

Mira, no voy a entrar en teorías conspirativas. En que si los magnates del petróleo y del cobre que se usaba para los tendidos eléctricos tal y el trabajo de Tesla, que amenazaría su fortuna, cual. No voy a decir que se encargan de dinamitar cualquier investigación que suponga una alternativa viable a los combustibles fósiles y que nos hacen creer que no existe otro modelo energético. Que protegerán su oligopolio al precio que sea porque sus privilegios y su superioridad frente a los derechos del individuo son lo primero. No voy a decirlo. Pero que no me sonrían mientras me joden. ¿Estamos?

En esta línea, es obligatorio hablar de la última del Ministerio de Industria, encabezado por Javier Soria, futuro asesor de ___________ (rellenar con el nombre de la energética que queráis, se admiten apuestas): Gravar con impuestos el sol. Olé sus huevos toreros ahí. En un mundo basado en el consumo de combustibles fósiles altamente contaminantes y además limitados, las energías renovables, y además limpias, deberían ser incentivadas. Pues no, en un país como España, con una tasa de horas de insolación al año tan altas, se penaliza el consumo de energía fotovoltaica. Muy lógico todo. En la buena dirección. Forbes descojonándose de la medida. Bien de 'Marca España'. Sólo le falta construir algo para tapar el sol, como el señor Burns.

La jugada está clara, todo lo que huela a autogestión y autoabastecimiento debe ser dinamitado a la velocidad del rayo. Hay que asegurar que las energéticas sigan con su oligopolio intacto, no vaya a ser que los ciudadanos decidan que pueden invertir en tener una energía más limpia sin depender de una empresa multinacional de capital privado. Porque esa es otra, de la que hablaremos otro día, los procesos de privatización de los sectores estratégicos como energía y telecomunicaciones.

¿Sabéis qué os digo? Que a tomar por culo. Las próximas elecciones me presento a dictador. Renacionalizo la red eléctrica (como han hecho en Hamburgo, que no está en Venezuela sino en Alemania, los que nos gobiernan en materia económica) y a las compañías les digo: O tarifa razonable, o sanción ejemplarizante. Y si no atendéis a razones, expropiación. Y me quedo más ancho que largo. Claro que me quedaría sin una puerta de esas que giran y una poltrona en un despacho en la que sentarme tres o cuatro veces al año para no hacer nada y cobrar más de 200.000 euros como Felipe González en Gas Natural. Pero bueno, hasta ahora, nunca he necesitado tanto dinero para vivir. Así que tampoco creo que pase nada.

Venga chavales, que me cierran los sitios y tengo que hacer cosas, que vivo en el viento pero no vivo del aire. Para que terminéis de reflexionar os dejo una lista de políticos enchufados tras su paso por los órganos de gobierno. Feliz Día Internacional de la Estafa Energética.

Ah sí, y otro par de enlaces interesantes: 1 y 2 (No os digo qué es para que seáis curiosos y lo miréis, coño. Que hay que tirar del hilo para saber cosas).

Dimitri Ryznard

martes, 9 de junio de 2015

Chupa, que yo te aviso


Bueno chavalada, aquí estamos otra vez. No es que estuviera de vacaciones, es que tengo vida más allá de las teclas, y la vida a veces conlleva jaleo. El día que esto me llene la nevera me podréis exigir lo que queráis, de momento me paso cuando puedo. Así es la vida del desempleado sin subsidio, haciendo más cosas que cuando trabajas para que venga un gañán de Ciudadanos, que ahora quiere gobernar en un pueblo, a decirme que porque fume (que mira que yo ni fumo) estoy incurriendo en un privilegio y que no tengo derecho a quejarme de las prestaciones. Así está el patio, amiguitos.

A ver, que mis problemas tampoco le interesan a nadie así que vamos a meternos en harina. Y puesto que se ve que lo de decir burradas les sale barato a los candidatos y cargos públicos, a mí que no tienen nada que quitarme, me va a salir gratis. Así que al lío.

Yo no sé qué autoridad moral o profesional tiene Lagarde (Lagarta para los colegas) para decir que en España lo que hay que hacer es subir más el IVA, bajar los salarios e incluir el copago sanitario mientras ella se levanta más de 300.000 euros limpios anuales. (Atendiendo a la honradez impoluta que se les atribuye a sus predecesores, no me extrañaría que eso fuera solo una parte).

Vamos a empezar con la fórmula de estos impresentables, su truco favorito. Recortar para pagar deuda que ellos mismos han creado y dejar de invertir en sectores públicos estratégicos repitiendo como un mantra la mentira de que es inviable sostenerlos. Esto trae indefectiblemente la precarización de esos servicios por una mala gestión INTENCIONADA. Después basta con repetir otra vez hasta la saciedad que siendo privados funcionarían mejor (cosa que se ha demostrado como otra gran mentira). Luego basta con vender esos servicios a los amiguitos de turno que después les darán un jugoso puesto de asesor. La mentira de que privatizando un servicio y liberalizando un mercado se abaratarán los costes y el precio final para el consumidor también martillea sistemáticamente. Si aún se la creen, miren su última factura eléctrica o la subida de precios de Timofónica. Claro, sencillo, fácil de recordar. ¿Seguimos?

Ya lleva años sonando el runrún, y no es casual que España sea objetivo de las atrocidades neoliberales. La Sanidad Pública Universal y la Educación al acceso de todos son dos cosas que tienen que erradicar a cualquier precio para conseguir sus objetivos. Son un símbolo importante y puede ser que den ideas a otra gente de que es posible un sistema más amable con las personas. Que el Estado debería estar para ser el encargado de una serie de garantías sociales y no sólo de expoliar a los ciudadanos con impuestos que se usan para dos cosas: Inyectar grandes capitales en estructuras de poder empresarial neoliberal y las migajas en pagarse los caprichos propios y de las queridas. Que esa es otra, barato se venden los sinvergüenzas y traidores.

Y dicho eso, yo les digo a todos estos que van por ahí de enardecidos patriotas, que se rasgan las vestiduras porque alguien pite el himno: ¿Dónde están ustedes cuando la gente a la que votan está desguazando y vendiendo su patria hasta dejarla como un erial? Claro, es que es muy complicado pensar un poco más allá del “yo voto a estos porque son los míos hasta la muerte”. Bien, pues a ver si nos vamos enterando, besabanderas de pacotilla, que los mayores traidores a este país son esos mismos a los que votáis porque los demás son ETA (todo es ETA, yo soy ETA, ETA son los padres). Esos que dicen representaros, que rezuman autosuficiencia y superioridad por los poros, que sienten un tremendo desprecio por vosotros, están vendiendo vuestro futuro, el de vuestros padres, vuestros hijos y vuestros nietos. Y vosotros en el bar discutiendo de fútbol. Muy bien chavales.

Menudo panorama, ¿no? Pues ojo, atiende, cuidado. La cosa viene fuerte y va a ir a peor. El TTIP. Un acuerdo con semejante oscurantismo alrededor no puede ser bueno para la ciudadanía. Y lo votan estos amigos que os he descrito antes. Y a la gente se la suda. No oigo nada en la calle sobre ello, en los bares la Champions del Barça, en las tertulias políticas, el Coletas y el Naranjito, Muñequito Rajoy, los pactos, las autonomías, los ayuntamientos. De pocas hostias sirve esto si hemos entregado la poca soberanía nacional que nos quedaba. Pero claro, el problema es que piten el himno.

Nos la meten doblada por sistema, continuamente, una y otra vez. No nos enteramos ni de la mitad de la mitad de la mitad de lo que pasa en los despachos, y ni siquiera nos parece mal no tener esa información. Señores, que los políticos son empleados a nuestro servicio, a ver si lo vamos pillando, joder.

Del TTIP poco se sabe, todo se barrunta, se intuye, se conjetura. Y los ecos que resuenan no son ni de lejos halagüeños. En mi humilde opinión, hay algo que no cuadra si para que el mercado sea libre, nosotros tenemos que ser esclavos. Y como ya estoy harto de que me mientan a la cara y actuen con total impunidad, volviendo a pedir confianza una y otra vez, con la estrategia del: “chupa, chupa, que yo te aviso”. Solo me queda decirles: Ni me trago las mentiras, ni me trago la corrida. Os lo escupo todo a la cara, mafia esclavista. El resto ya, haced lo que queráis.

Para terminar solicito que se incluya al FMI en la lista de organizaciones terroristas. Chim pun.


Dimitri Ryznard

miércoles, 27 de mayo de 2015

Ni el malo de Batman


Pues de esto que llegaba yo a casa ayer por la tarde de la oficina (que no tenga trabajo no quiere decir que no tenga cosas que hacer) y me dije: Vamos a ver la tele un rato o algo. Y eso, que encendí la caja y salió La Sexta, esa cadena demoníaca, nido de antisistemas, comunistas, masones y Eduardo Inda, que se merece un dúplex en el infierno para él solo. Y en La Sexta salió Esperanza Aguirre. De rueda de prensa, una hora tarde y diciéndole a los fotógrafos que le molestaban los flashes, en plan Lady Di. En su salsa.

Total que la lideresa, todo aristocracia y buena educación ella, tenía cosas que decir después de la estrepitosa caída del PP en la carrera a la alcaldía de Madrid. Decían las malas lenguas, que parece que no la conozcan ya, que iba anunciar su dimisión. Pues toma. Una cosa está clara, con esta mujer uno no se aburre. Muchas otras cosas, igual. Pero aburrirse, ni de broma.

Bueno, pues eso, que resulta que Aguirre, esa gran demócrata, ha tenido una epifanía: Que Podemos es un instrumento del diablo, anticonstitucional, antidemocrático y todo lo que se os ocurra. Que representan una amenaza para España y que, agárrate que vienen curvas, ella es la encargada de impedir su ascenso al poder. Todo esto, con una gran coalición de centro-centro-centro-epicentro mediante. La cuadratura del círculo llega cuando Maroto, en plató, cabreado porque 'había venido a hablar de su libro' como Umbral, dice que eso ya se hizo en Euskadi y que Ibarretxe y el PNV de aquellas eran mucho más demócratas que Ahora Madrid. Dí que sí, ya que no me dejáis hablar de lo mío, por lo menos dejadme enmierdar un rato para dar fe de que estoy aquí. Espera, espera, que para Ada Colau también tengo. Tranquilo, Maroto, que no eres el único eclipsado por la sombra de Espe.

La apoteosis se alcanza en este caso, cuando Aguirre le ofrece a Carmona la alcaldía, diciendo que ella no va a ser nunca un problema, si es para que no gobierne la izquierda radical. Que esos rojos agitadores no pueden gobernar, no sea que a la gente les terminen gustando sus políticas y se les termine de joder el chiringuito del todo. Que no está España para esas cosas, que lo suyo es que ellos sigan robando, haciendo favores al IBEX35 y luego colocándose en consejos de administración con un sueldo astronómico. Que eso es democracia, es lo que se ha hecho siempre, y es lo que hace falta para que la gente viva mejor. Es de cajón que los que gobiernan bien son los que cuando se van del consistorio tienen que triturar documentos como si no hubiera mañana. Estaría bonito. Que ella está aquí para preservar el espíritu de occidente y para que el coletas no utilice el Ayuntamiento de Madrid como trampolín a La Moncloa. Aparta, Maquiavelo, que viene aquí mi prima pisando como el caballo de Atila.

Parece que la que quiera impulsarse para cambiar de palacete sea ella. Que tal y como está su partido, es hora de menear el árbol a ver si caen cocos. A río revuelto... Presentarse como salvaguardia y mujer de estado, ofreciendo su apoyo incondicional a quien sea, sacrificándose por España. Ojo, no por Madrid. Por España.

Obviando el zoológico que tiene montado en la cabeza esta señora, que me da un poco igual, no creo que pueda permitirse llamar 'amenaza a la democracia' a una candidatura que ha obtenido casi los mismos apoyos populares que la suya. Es un insulto para los votantes y para los candidatos, para el marco legislativo y para el proceso electoral. Democracia es lo que yo diga, y los demás me la bufan. Muy responsable todo, muy democrático.

Para los que peinamos canas, la comparecencia de ayer evoca, de manera nada sutil, el episodio del 'Tamayazo'. Y por ahí sí que no, señora. Este bochorno no nos lo merecemos. Ni siquiera su partido, Condesa. Haga el favor de tener un ápice de dignidad y saber estar, y muérase (políticamente) sin molestar.


Dimitri Ryznard

martes, 26 de mayo de 2015

Vaya resaca


Bueno, bueno, bueno. Está la cosa calentita. No se si os habéis enterado de qué iba la cosa, pero se ve que la turra que nos estaban dando los políticos a lo largo y ancho de la piel de toro, incluídas las cunas de los castellets y el txacolí, era porque el domingo había elecciones. Autonómicas y municipales, tú. Ahí es nada, eso es aprovechar el tiempo. Por cierto, nunca he entendido lo de arrancarle la piel a un toro para forrar nada, y menos un país, pero atendiendo a las salvajadas que se les hace en España a los toros, ya nada me sorprende.

A lo que iba, que me pongo a pensar en lo humano y lo divino y me disperso. Que ha habido comicios, chavales. Para quien no esté familiarizado con el proceso, la cosa es sencilla. Tú cada cuatro años metes una papeleta en un sobre, el sobre en una caja, y te piensas que has ejercido tu derecho a escoger, que tu compromiso con la política ya está cubierto. Luego ya tienes la legislatura entera para protestar por las promesas no cumplidas y para decirle a otros: si no has votado, no puedes quejarte. Eso sí, los cuatro años luego te los puedes pasar tocándote los genitales a manos llenas en lo que a lo político se refiere, que tú ya has fichado.

Lo dicho, que la gente ha ido en masa a ejercer su derecho al voto. ¿En masa? Pues no. La participación es un poco de risa para lo que nos quejamos todos. Ha habido más movilización, sí. Sobre todo en los sectores jóvenes, sí. ¿Es suficiente? No. Me parece acojonante. Pero bueno, nada nuevo. En lo de la fuerza por la boca somos unos jefes. Indiscutible.

Vamos al turrón, las elecciones han traído muchos cambios. Tanto en los resultados como en la manera de entender la política a partir de ahora. Lo que era una dicotomía entre PP y PSOE, con las honrosas excepciones de IU en algunas ocasiones y UPYD yendo a su puta bola (sin atender a las regiones en las que existen partidos nacionalistas, que eso daría para escribir más que el sexo de los ángeles) se ha convertido en un escenario multipolarizado que nos aboca a una política de pactos, o eso dicen los que viven de la actualidad política. Yo ya sabéis que escribo sin ningún criterio.

Si bien como dice Rita, el PP se ha pegado una buena hostia, siguen siendo la lista más votada en la gran mayoría de los sitios. Esto quiere decir que la derecha es la derecha. Una grande y... Bueno, una grande. Y la izquierda, pues a lo suyo. Que no pido yo que haya una gran coalición de izquierdas que se presenten en todos los sitios bajo la misma lista. Pero coño, organización. Lo de las confluencias es importante que nos lo grabemos a fuego si nos queremos comer algo más allá de los momentos de indignación supina provocados por la emergencia social.

¿En qué andaba? Ah, sí. El PP ha ganado las elecciones. O al menos eso repiten una y otra vez como una suerte de mantra que les mantenga al margen de la realidad que se les presenta. Mariano, amiguito, gobiernan mayorias. No habéis ganado una mierda. Asumido sé que lo tenéis, empezad a reconocerlo. Que lo de mentir a la cara de alguien no está bonito. Y que me mientas a mí, que no te voto, pase (total, que me mientas no quiere decir que me engañes) pero lo de mentir a tus votantes se te está yendo de las manos.

Bueno, pues pasado el esperpento que supone escuchar a Floriano hablar de la victoria de su partido, me toca ver el día siguiente a Rajoy diciendo que deberían dejar gobernar a la lista más votada. Tócate los huevos. ¿En qué mundo vive este hombre? Solo espero que esto sea una antesala de un descalabro mayor en las generales, porque las gentes de este país no se merecen a la manada de hienas que conforman la plana mayor del Partido Popular (ni siquiera los que les votan).

Sobre el cómo un partido que ejerce semejantes prácticas sigue siendo la fuerza mayoritaria en el mapa electoral no voy ni a molestarme en escribir. Puedo entender, aunque no lo comparta, el voto conservador de quien tiene algo que conservar, pero ya me contarás cómo va la vaina. Ya pregunté en un artículo si es que erais gilipollas. Pues a buen entendedor, amanece más temprano.

Lo que sí que creo que hay que señalar con subrayador fluorescente son una serie de irregularidades asociadas al tema de las votaciones, a saber: Los emigrados que han tenido trabas variadas para poder ejercer su derecho al voto (adivinad a quién no iba a votar la mayoría de ese colectivo), las personas vinculadas con el PP cazadas con fajos de votos por correo (sin han salido algunos casos, cuántos no habrá) y los ancianos custodiados por afables monjitas yendo de excursión a los colegios electorales. Si la hostia ha sido esta, imaginad la que podría haber sido. Más nos vale haber tomado nota para las generales y empezar a poner sobre la mesa mecanismos para combatir semejante suciedad. Que es importante.

Voy a ir terminando. Espero que las celebraciones y la euforia (no hay para tanta, en serio) duren poco. No nos distraigamos de lo que importa. Se ha producido un cambio político en muchos sitios pero no se han conseguido unos resultados espectaculares, que no se olvide esto. La campaña del miedo ha calado hondo aunque no nos lo creamos. Yo estoy todo el puto día en la calle y oigo a la gente hablar. Y se oyen auténticas burradas, opiniones confundidas por el desconocimiento y la repetición continua de los clichés que se han empeñado en inocular. Y con eso hay que tener cuidado. Porque aquí cada uno hace su juego, y dad por seguro que esto no va acabar así. Vienen las generales, y os aseguro que esta campaña se va a recrudecer. ¿Qué hay que invocar el fantasma de ETA? Se invoca. ¿Bin Laden? Bin Laden. ¿Venezuela? Mejor con un poquito de cocaína de por medio. Espero que tengáis la decencia de omitir lo que os digan que tenéis que pensar y penséis por vosotros mismos. Sé que es un esfuerzo, pero la ocasión lo merece. Que tiene delito seguir creyéndose a alguien que se ha demostrado que nos miente de manera sistemática por su propio interés.

Y lo digo porque veo que os empeñáis en votar a unas siglas de manera inmutable, con un sentimiento inmarcesible, como quien es de un equipo de fútbol. Y mi pregunta es: ¿Si tuvierais un empleado que os lleva a la ruina, cuando no os roba directamente, con actitud de altiva impunidad, le mantendríais en su puesto de trabajo solo porque es del mismo equipo que vosotros? Pues deberiais recordar que los políticos electos son vuestros empleados. El voto no es una vinculación gregaria, un compromiso adquirido que mantener de por vida. Es una decisión pragmática de gran importancia. O así debería ser. A ver si nos aplicamos el cuento, chavales.

Os dejo el principio de una carta abierta a los votantes del PP. Que cada cual la termine como quiera: “No entiendo cómo podéis votar con tanta vehemencia, convicción e irracionalidad a personas que os desprecian tan profundamente..."

Ah, que casi se me olvida: Marhuenda, cumple tu palabra y márchate de España. (Felicidades Ada y Manuela. Yo creo en vosotras, no me defraudéis).


Dimitri Ryznard

miércoles, 20 de mayo de 2015

No es por dinero


Me paro a pensar sobre el tema de los acaparadores de dinero. De la gente que amasa fortunas ingentes, que sigue generando dinero cuando tiene más del que podría gastar en sus próximas diez vidas. No entiendo esa fijación. Bueno, la entiendo, pero no la comparto. Me resulta enfermiza y nociva, tóxica para el resto.

Pero bueno, no me voy a referir a las personas que dentro de la legalidad del sistema capitalista se jarta de llenarse los bolsillos, aunque sea a costa de prácticas esclavistas, como el señor Amancio Ortega. Los problemillas que ha tenido Inditex en Brasil ya si eso los ponemos sobre el tapete otro día.

Donde me empieza a hervir la sangre es con el tema de la clase política abonada al latrocinio y las corruptelas. No se ponen ni coloraos los hijos de puta. Existe un problema muy grave cuando los propios directivos de las empresas privadas asumen como normal y una manera lícita de agilizar los negocios el corromper a cargos públicos. Que vamos, a la vista está que con poquitas palmas bailan, si no les ponen el caramelo delante, ya se lo buscan ellos.

Y en estas estamos, viendo que no se cansan de llevárselo muerto. Como way of life. Todo lo que puedan. Esquilman los recursos públicos poniéndolos a su servicio personal, con total impunidad y con el más absoluto de los desprecios hacia las personas que los han colocado en su cargo. A la vista está. Solo hay que echar una escucha a las grabaciones aparecidas recientemetes, referidas al aparato político-criminal asentado en la Comunidad Valenciana.

Parece que se aprovisionan para el desierto que están construyendo. De hecho es lo que hacen. A fuerza de convertir España en un erial, nos vamos encabronando el resto. Todos los datos apuntan al crecimiento de la brecha social, de la desigualdad. Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Esto es, ni más ni menos, lo que está pasando. Y claro, se hace obligatorio preguntarse por qué se sigue legislando a favor de las políticas que lo que hacen es perpetuar esta situación. Por qué desde el lado de los ricos se pretende seguir empobreciendo a la mayoría si lo suyo ya lo tienen resuelto. La respuesta es sencilla. No es por dinero.

No les basta con ser ricos, necesitan que el resto sean cada vez más pobres. Ya que lo que se juegan con ello es seguir manteniendo sus privilegios. Es más, tener cada vez más poder sobre el resto de las personas. Es una cuestión de privilegios, de control sobre los demás.

Ilusos de nosotros, creímos que éramos libres. Menuda falta de respeto por nuestra parte. Rápido se han puesto manos a la obra para bajarnos los humos y recordarnos nuestro lugar. Los amos, otrora indulgentes, nos demuestran que la cosa podría ser peor a base de hacérnoslo pasar peor. “Mirad, podemos joderos cuanto queramos, de hecho lo estamos haciendo”.

Ayer le dijo Manuela Carmena a Esperanza Aguirre que “no somos súbditos”. Parece una obviedad, pero no lo es. A la marquesa hay que recordárselo. Es uno de los máximos exponentes de la impunidad en la que viven los políticos de carrera. De esa sensación que tienen de estar por encima de la legislación vigente, de que las leyes están hechas para todos menos para ellos. Es la encarnación del sentimiento que justifica que no es por dinero. Es porque solo humillando y empobreciendo al resto pueden mantener sus privilegios. Es la élite contra el populacho.


Dimitri Ryznard