miércoles, 10 de junio de 2015

Ministerios sin resolver



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Ahora que tengo vuestra atención, a ver, vamos a centrarnos ya. ¿Somos gilipollas o qué está pasando aquí? Porque tenemos un problema muy gordo y no veo a nadie montar en cólera. Aunque esto es España, aquí uno se queja en el bar y el Congreso se visita el día de puertas abiertas. (Mentira, la mayoría ni sabe que en la puerta hay dos leones. Pero bueno, es un decir).

Comentaba que tenemos un problema y no es precisamente un asunto menor: El tema del consumo de energía. En este país pasa una cosa muy curiosa (que se note esa ironía, que se note): Pagamos la cuarta factura de la luz más alta de toda Europa, por detrás de Dinamarca, Alemania e Irlanda. ¿Os explico cómo van los sueldos mínimos y las tasas de desempleo en esos países? No hace falta, ¿no? Pues eso. Atiende, que con el gas nos pasa más o menos lo mismo; la tercera más alta. ¡Será por dinero, joder!

Con la factura de la luz pasa como con los trileros: ¿Dónde está la bolita, dónde está la bolita? No te enteras de cómo va la vaina y antes de abrir el sobre ya te han pegado una hostia donde más duele, en la cuenta corriente. Porque esa es otra, te dan cada estacazo que te dejan tullido para todo el mes. Y la tarificación no deja de subir, y de cambiar, y de subir, y de cambar (más liosa cada vez) y de subir. Hasta un  70% en los últimos seis años. Algo que no cuadra ni de lejos con la situación económica del país y de los consumidores. Y el Ministerio de Industria pasando del tema. Así hasta que te mueras o se te hinchen las gónadas y pinches la luz del alumbrado público o truques el contador. Que yo no sé nada de eso, palabra. Pero he oído que unos amigos del primo de uno que conocí de cañas lo habían hecho.

Porque con este comportamiento empresarial por parte del oligopolio de las eléctricas se consigue provocar una situación que precariza la vida del cuidadano: La pobreza energética (para quien no esté familiarizado se lo dejo aquí explicado). La factura de la luz sigue subiendo sin control, como bisontes desbocados en plena estampida. Mientras los salarios bajan y el empleo pierde calidad. Los trabajadores dicen adiós a sus derechos. Muchos ni siquiera tenemos trabajo y gran parte de los parados tampoco dispone de ningún tipo de prestación. Me gustaría que hicierais el esfuerzo de percibir esto como parte de un todo, de una estrategia global neoliberal que pretende arrasar con el pacto social del estado de bienestar. Las cosas claras de una vez, que no tenemos tiempo para gilipolleces. Está pasando ahora mismo, nos están robando. Y esperar a mañana no es una opción.

Et voilà, volvemos al mismo punto recurrente siempre que nos encontramos con un problema de esta índole: El Gobierno y el Estado. La cuestión es clara. Hay herramientas para poder solucionar esta situación, eso está claro. Lo que no hay es voluntad. La cosa es sencilla, los ciudadanos votan a una serie de partidos políticos integrados por personas que deberían representar los intereses de sus votantes y legislar para hacer que el sistema se organice de forma que beneficie a la gran mayoría y garantice a todos una serie de mínimos exigibles para llevar una vida digna. Hasta ahí parece claro y sencillo de entender, ¿no? Pues una polla como un cuello. Se legisla a favor de las empresas de manera descarada y a los ciudadanos que nos den por el culo con un rodillo de cocina. Sin lubricante.

Mira, no voy a entrar en teorías conspirativas. En que si los magnates del petróleo y del cobre que se usaba para los tendidos eléctricos tal y el trabajo de Tesla, que amenazaría su fortuna, cual. No voy a decir que se encargan de dinamitar cualquier investigación que suponga una alternativa viable a los combustibles fósiles y que nos hacen creer que no existe otro modelo energético. Que protegerán su oligopolio al precio que sea porque sus privilegios y su superioridad frente a los derechos del individuo son lo primero. No voy a decirlo. Pero que no me sonrían mientras me joden. ¿Estamos?

En esta línea, es obligatorio hablar de la última del Ministerio de Industria, encabezado por Javier Soria, futuro asesor de ___________ (rellenar con el nombre de la energética que queráis, se admiten apuestas): Gravar con impuestos el sol. Olé sus huevos toreros ahí. En un mundo basado en el consumo de combustibles fósiles altamente contaminantes y además limitados, las energías renovables, y además limpias, deberían ser incentivadas. Pues no, en un país como España, con una tasa de horas de insolación al año tan altas, se penaliza el consumo de energía fotovoltaica. Muy lógico todo. En la buena dirección. Forbes descojonándose de la medida. Bien de 'Marca España'. Sólo le falta construir algo para tapar el sol, como el señor Burns.

La jugada está clara, todo lo que huela a autogestión y autoabastecimiento debe ser dinamitado a la velocidad del rayo. Hay que asegurar que las energéticas sigan con su oligopolio intacto, no vaya a ser que los ciudadanos decidan que pueden invertir en tener una energía más limpia sin depender de una empresa multinacional de capital privado. Porque esa es otra, de la que hablaremos otro día, los procesos de privatización de los sectores estratégicos como energía y telecomunicaciones.

¿Sabéis qué os digo? Que a tomar por culo. Las próximas elecciones me presento a dictador. Renacionalizo la red eléctrica (como han hecho en Hamburgo, que no está en Venezuela sino en Alemania, los que nos gobiernan en materia económica) y a las compañías les digo: O tarifa razonable, o sanción ejemplarizante. Y si no atendéis a razones, expropiación. Y me quedo más ancho que largo. Claro que me quedaría sin una puerta de esas que giran y una poltrona en un despacho en la que sentarme tres o cuatro veces al año para no hacer nada y cobrar más de 200.000 euros como Felipe González en Gas Natural. Pero bueno, hasta ahora, nunca he necesitado tanto dinero para vivir. Así que tampoco creo que pase nada.

Venga chavales, que me cierran los sitios y tengo que hacer cosas, que vivo en el viento pero no vivo del aire. Para que terminéis de reflexionar os dejo una lista de políticos enchufados tras su paso por los órganos de gobierno. Feliz Día Internacional de la Estafa Energética.

Ah sí, y otro par de enlaces interesantes: 1 y 2 (No os digo qué es para que seáis curiosos y lo miréis, coño. Que hay que tirar del hilo para saber cosas).

Dimitri Ryznard

martes, 9 de junio de 2015

Chupa, que yo te aviso


Bueno chavalada, aquí estamos otra vez. No es que estuviera de vacaciones, es que tengo vida más allá de las teclas, y la vida a veces conlleva jaleo. El día que esto me llene la nevera me podréis exigir lo que queráis, de momento me paso cuando puedo. Así es la vida del desempleado sin subsidio, haciendo más cosas que cuando trabajas para que venga un gañán de Ciudadanos, que ahora quiere gobernar en un pueblo, a decirme que porque fume (que mira que yo ni fumo) estoy incurriendo en un privilegio y que no tengo derecho a quejarme de las prestaciones. Así está el patio, amiguitos.

A ver, que mis problemas tampoco le interesan a nadie así que vamos a meternos en harina. Y puesto que se ve que lo de decir burradas les sale barato a los candidatos y cargos públicos, a mí que no tienen nada que quitarme, me va a salir gratis. Así que al lío.

Yo no sé qué autoridad moral o profesional tiene Lagarde (Lagarta para los colegas) para decir que en España lo que hay que hacer es subir más el IVA, bajar los salarios e incluir el copago sanitario mientras ella se levanta más de 300.000 euros limpios anuales. (Atendiendo a la honradez impoluta que se les atribuye a sus predecesores, no me extrañaría que eso fuera solo una parte).

Vamos a empezar con la fórmula de estos impresentables, su truco favorito. Recortar para pagar deuda que ellos mismos han creado y dejar de invertir en sectores públicos estratégicos repitiendo como un mantra la mentira de que es inviable sostenerlos. Esto trae indefectiblemente la precarización de esos servicios por una mala gestión INTENCIONADA. Después basta con repetir otra vez hasta la saciedad que siendo privados funcionarían mejor (cosa que se ha demostrado como otra gran mentira). Luego basta con vender esos servicios a los amiguitos de turno que después les darán un jugoso puesto de asesor. La mentira de que privatizando un servicio y liberalizando un mercado se abaratarán los costes y el precio final para el consumidor también martillea sistemáticamente. Si aún se la creen, miren su última factura eléctrica o la subida de precios de Timofónica. Claro, sencillo, fácil de recordar. ¿Seguimos?

Ya lleva años sonando el runrún, y no es casual que España sea objetivo de las atrocidades neoliberales. La Sanidad Pública Universal y la Educación al acceso de todos son dos cosas que tienen que erradicar a cualquier precio para conseguir sus objetivos. Son un símbolo importante y puede ser que den ideas a otra gente de que es posible un sistema más amable con las personas. Que el Estado debería estar para ser el encargado de una serie de garantías sociales y no sólo de expoliar a los ciudadanos con impuestos que se usan para dos cosas: Inyectar grandes capitales en estructuras de poder empresarial neoliberal y las migajas en pagarse los caprichos propios y de las queridas. Que esa es otra, barato se venden los sinvergüenzas y traidores.

Y dicho eso, yo les digo a todos estos que van por ahí de enardecidos patriotas, que se rasgan las vestiduras porque alguien pite el himno: ¿Dónde están ustedes cuando la gente a la que votan está desguazando y vendiendo su patria hasta dejarla como un erial? Claro, es que es muy complicado pensar un poco más allá del “yo voto a estos porque son los míos hasta la muerte”. Bien, pues a ver si nos vamos enterando, besabanderas de pacotilla, que los mayores traidores a este país son esos mismos a los que votáis porque los demás son ETA (todo es ETA, yo soy ETA, ETA son los padres). Esos que dicen representaros, que rezuman autosuficiencia y superioridad por los poros, que sienten un tremendo desprecio por vosotros, están vendiendo vuestro futuro, el de vuestros padres, vuestros hijos y vuestros nietos. Y vosotros en el bar discutiendo de fútbol. Muy bien chavales.

Menudo panorama, ¿no? Pues ojo, atiende, cuidado. La cosa viene fuerte y va a ir a peor. El TTIP. Un acuerdo con semejante oscurantismo alrededor no puede ser bueno para la ciudadanía. Y lo votan estos amigos que os he descrito antes. Y a la gente se la suda. No oigo nada en la calle sobre ello, en los bares la Champions del Barça, en las tertulias políticas, el Coletas y el Naranjito, Muñequito Rajoy, los pactos, las autonomías, los ayuntamientos. De pocas hostias sirve esto si hemos entregado la poca soberanía nacional que nos quedaba. Pero claro, el problema es que piten el himno.

Nos la meten doblada por sistema, continuamente, una y otra vez. No nos enteramos ni de la mitad de la mitad de la mitad de lo que pasa en los despachos, y ni siquiera nos parece mal no tener esa información. Señores, que los políticos son empleados a nuestro servicio, a ver si lo vamos pillando, joder.

Del TTIP poco se sabe, todo se barrunta, se intuye, se conjetura. Y los ecos que resuenan no son ni de lejos halagüeños. En mi humilde opinión, hay algo que no cuadra si para que el mercado sea libre, nosotros tenemos que ser esclavos. Y como ya estoy harto de que me mientan a la cara y actuen con total impunidad, volviendo a pedir confianza una y otra vez, con la estrategia del: “chupa, chupa, que yo te aviso”. Solo me queda decirles: Ni me trago las mentiras, ni me trago la corrida. Os lo escupo todo a la cara, mafia esclavista. El resto ya, haced lo que queráis.

Para terminar solicito que se incluya al FMI en la lista de organizaciones terroristas. Chim pun.


Dimitri Ryznard