miércoles, 10 de junio de 2015

Ministerios sin resolver



PUEDES CONSEGUIR UN IPHONE 6 SOLO CON....

Ahora que tengo vuestra atención, a ver, vamos a centrarnos ya. ¿Somos gilipollas o qué está pasando aquí? Porque tenemos un problema muy gordo y no veo a nadie montar en cólera. Aunque esto es España, aquí uno se queja en el bar y el Congreso se visita el día de puertas abiertas. (Mentira, la mayoría ni sabe que en la puerta hay dos leones. Pero bueno, es un decir).

Comentaba que tenemos un problema y no es precisamente un asunto menor: El tema del consumo de energía. En este país pasa una cosa muy curiosa (que se note esa ironía, que se note): Pagamos la cuarta factura de la luz más alta de toda Europa, por detrás de Dinamarca, Alemania e Irlanda. ¿Os explico cómo van los sueldos mínimos y las tasas de desempleo en esos países? No hace falta, ¿no? Pues eso. Atiende, que con el gas nos pasa más o menos lo mismo; la tercera más alta. ¡Será por dinero, joder!

Con la factura de la luz pasa como con los trileros: ¿Dónde está la bolita, dónde está la bolita? No te enteras de cómo va la vaina y antes de abrir el sobre ya te han pegado una hostia donde más duele, en la cuenta corriente. Porque esa es otra, te dan cada estacazo que te dejan tullido para todo el mes. Y la tarificación no deja de subir, y de cambiar, y de subir, y de cambar (más liosa cada vez) y de subir. Hasta un  70% en los últimos seis años. Algo que no cuadra ni de lejos con la situación económica del país y de los consumidores. Y el Ministerio de Industria pasando del tema. Así hasta que te mueras o se te hinchen las gónadas y pinches la luz del alumbrado público o truques el contador. Que yo no sé nada de eso, palabra. Pero he oído que unos amigos del primo de uno que conocí de cañas lo habían hecho.

Porque con este comportamiento empresarial por parte del oligopolio de las eléctricas se consigue provocar una situación que precariza la vida del cuidadano: La pobreza energética (para quien no esté familiarizado se lo dejo aquí explicado). La factura de la luz sigue subiendo sin control, como bisontes desbocados en plena estampida. Mientras los salarios bajan y el empleo pierde calidad. Los trabajadores dicen adiós a sus derechos. Muchos ni siquiera tenemos trabajo y gran parte de los parados tampoco dispone de ningún tipo de prestación. Me gustaría que hicierais el esfuerzo de percibir esto como parte de un todo, de una estrategia global neoliberal que pretende arrasar con el pacto social del estado de bienestar. Las cosas claras de una vez, que no tenemos tiempo para gilipolleces. Está pasando ahora mismo, nos están robando. Y esperar a mañana no es una opción.

Et voilà, volvemos al mismo punto recurrente siempre que nos encontramos con un problema de esta índole: El Gobierno y el Estado. La cuestión es clara. Hay herramientas para poder solucionar esta situación, eso está claro. Lo que no hay es voluntad. La cosa es sencilla, los ciudadanos votan a una serie de partidos políticos integrados por personas que deberían representar los intereses de sus votantes y legislar para hacer que el sistema se organice de forma que beneficie a la gran mayoría y garantice a todos una serie de mínimos exigibles para llevar una vida digna. Hasta ahí parece claro y sencillo de entender, ¿no? Pues una polla como un cuello. Se legisla a favor de las empresas de manera descarada y a los ciudadanos que nos den por el culo con un rodillo de cocina. Sin lubricante.

Mira, no voy a entrar en teorías conspirativas. En que si los magnates del petróleo y del cobre que se usaba para los tendidos eléctricos tal y el trabajo de Tesla, que amenazaría su fortuna, cual. No voy a decir que se encargan de dinamitar cualquier investigación que suponga una alternativa viable a los combustibles fósiles y que nos hacen creer que no existe otro modelo energético. Que protegerán su oligopolio al precio que sea porque sus privilegios y su superioridad frente a los derechos del individuo son lo primero. No voy a decirlo. Pero que no me sonrían mientras me joden. ¿Estamos?

En esta línea, es obligatorio hablar de la última del Ministerio de Industria, encabezado por Javier Soria, futuro asesor de ___________ (rellenar con el nombre de la energética que queráis, se admiten apuestas): Gravar con impuestos el sol. Olé sus huevos toreros ahí. En un mundo basado en el consumo de combustibles fósiles altamente contaminantes y además limitados, las energías renovables, y además limpias, deberían ser incentivadas. Pues no, en un país como España, con una tasa de horas de insolación al año tan altas, se penaliza el consumo de energía fotovoltaica. Muy lógico todo. En la buena dirección. Forbes descojonándose de la medida. Bien de 'Marca España'. Sólo le falta construir algo para tapar el sol, como el señor Burns.

La jugada está clara, todo lo que huela a autogestión y autoabastecimiento debe ser dinamitado a la velocidad del rayo. Hay que asegurar que las energéticas sigan con su oligopolio intacto, no vaya a ser que los ciudadanos decidan que pueden invertir en tener una energía más limpia sin depender de una empresa multinacional de capital privado. Porque esa es otra, de la que hablaremos otro día, los procesos de privatización de los sectores estratégicos como energía y telecomunicaciones.

¿Sabéis qué os digo? Que a tomar por culo. Las próximas elecciones me presento a dictador. Renacionalizo la red eléctrica (como han hecho en Hamburgo, que no está en Venezuela sino en Alemania, los que nos gobiernan en materia económica) y a las compañías les digo: O tarifa razonable, o sanción ejemplarizante. Y si no atendéis a razones, expropiación. Y me quedo más ancho que largo. Claro que me quedaría sin una puerta de esas que giran y una poltrona en un despacho en la que sentarme tres o cuatro veces al año para no hacer nada y cobrar más de 200.000 euros como Felipe González en Gas Natural. Pero bueno, hasta ahora, nunca he necesitado tanto dinero para vivir. Así que tampoco creo que pase nada.

Venga chavales, que me cierran los sitios y tengo que hacer cosas, que vivo en el viento pero no vivo del aire. Para que terminéis de reflexionar os dejo una lista de políticos enchufados tras su paso por los órganos de gobierno. Feliz Día Internacional de la Estafa Energética.

Ah sí, y otro par de enlaces interesantes: 1 y 2 (No os digo qué es para que seáis curiosos y lo miréis, coño. Que hay que tirar del hilo para saber cosas).

Dimitri Ryznard

martes, 9 de junio de 2015

Chupa, que yo te aviso


Bueno chavalada, aquí estamos otra vez. No es que estuviera de vacaciones, es que tengo vida más allá de las teclas, y la vida a veces conlleva jaleo. El día que esto me llene la nevera me podréis exigir lo que queráis, de momento me paso cuando puedo. Así es la vida del desempleado sin subsidio, haciendo más cosas que cuando trabajas para que venga un gañán de Ciudadanos, que ahora quiere gobernar en un pueblo, a decirme que porque fume (que mira que yo ni fumo) estoy incurriendo en un privilegio y que no tengo derecho a quejarme de las prestaciones. Así está el patio, amiguitos.

A ver, que mis problemas tampoco le interesan a nadie así que vamos a meternos en harina. Y puesto que se ve que lo de decir burradas les sale barato a los candidatos y cargos públicos, a mí que no tienen nada que quitarme, me va a salir gratis. Así que al lío.

Yo no sé qué autoridad moral o profesional tiene Lagarde (Lagarta para los colegas) para decir que en España lo que hay que hacer es subir más el IVA, bajar los salarios e incluir el copago sanitario mientras ella se levanta más de 300.000 euros limpios anuales. (Atendiendo a la honradez impoluta que se les atribuye a sus predecesores, no me extrañaría que eso fuera solo una parte).

Vamos a empezar con la fórmula de estos impresentables, su truco favorito. Recortar para pagar deuda que ellos mismos han creado y dejar de invertir en sectores públicos estratégicos repitiendo como un mantra la mentira de que es inviable sostenerlos. Esto trae indefectiblemente la precarización de esos servicios por una mala gestión INTENCIONADA. Después basta con repetir otra vez hasta la saciedad que siendo privados funcionarían mejor (cosa que se ha demostrado como otra gran mentira). Luego basta con vender esos servicios a los amiguitos de turno que después les darán un jugoso puesto de asesor. La mentira de que privatizando un servicio y liberalizando un mercado se abaratarán los costes y el precio final para el consumidor también martillea sistemáticamente. Si aún se la creen, miren su última factura eléctrica o la subida de precios de Timofónica. Claro, sencillo, fácil de recordar. ¿Seguimos?

Ya lleva años sonando el runrún, y no es casual que España sea objetivo de las atrocidades neoliberales. La Sanidad Pública Universal y la Educación al acceso de todos son dos cosas que tienen que erradicar a cualquier precio para conseguir sus objetivos. Son un símbolo importante y puede ser que den ideas a otra gente de que es posible un sistema más amable con las personas. Que el Estado debería estar para ser el encargado de una serie de garantías sociales y no sólo de expoliar a los ciudadanos con impuestos que se usan para dos cosas: Inyectar grandes capitales en estructuras de poder empresarial neoliberal y las migajas en pagarse los caprichos propios y de las queridas. Que esa es otra, barato se venden los sinvergüenzas y traidores.

Y dicho eso, yo les digo a todos estos que van por ahí de enardecidos patriotas, que se rasgan las vestiduras porque alguien pite el himno: ¿Dónde están ustedes cuando la gente a la que votan está desguazando y vendiendo su patria hasta dejarla como un erial? Claro, es que es muy complicado pensar un poco más allá del “yo voto a estos porque son los míos hasta la muerte”. Bien, pues a ver si nos vamos enterando, besabanderas de pacotilla, que los mayores traidores a este país son esos mismos a los que votáis porque los demás son ETA (todo es ETA, yo soy ETA, ETA son los padres). Esos que dicen representaros, que rezuman autosuficiencia y superioridad por los poros, que sienten un tremendo desprecio por vosotros, están vendiendo vuestro futuro, el de vuestros padres, vuestros hijos y vuestros nietos. Y vosotros en el bar discutiendo de fútbol. Muy bien chavales.

Menudo panorama, ¿no? Pues ojo, atiende, cuidado. La cosa viene fuerte y va a ir a peor. El TTIP. Un acuerdo con semejante oscurantismo alrededor no puede ser bueno para la ciudadanía. Y lo votan estos amigos que os he descrito antes. Y a la gente se la suda. No oigo nada en la calle sobre ello, en los bares la Champions del Barça, en las tertulias políticas, el Coletas y el Naranjito, Muñequito Rajoy, los pactos, las autonomías, los ayuntamientos. De pocas hostias sirve esto si hemos entregado la poca soberanía nacional que nos quedaba. Pero claro, el problema es que piten el himno.

Nos la meten doblada por sistema, continuamente, una y otra vez. No nos enteramos ni de la mitad de la mitad de la mitad de lo que pasa en los despachos, y ni siquiera nos parece mal no tener esa información. Señores, que los políticos son empleados a nuestro servicio, a ver si lo vamos pillando, joder.

Del TTIP poco se sabe, todo se barrunta, se intuye, se conjetura. Y los ecos que resuenan no son ni de lejos halagüeños. En mi humilde opinión, hay algo que no cuadra si para que el mercado sea libre, nosotros tenemos que ser esclavos. Y como ya estoy harto de que me mientan a la cara y actuen con total impunidad, volviendo a pedir confianza una y otra vez, con la estrategia del: “chupa, chupa, que yo te aviso”. Solo me queda decirles: Ni me trago las mentiras, ni me trago la corrida. Os lo escupo todo a la cara, mafia esclavista. El resto ya, haced lo que queráis.

Para terminar solicito que se incluya al FMI en la lista de organizaciones terroristas. Chim pun.


Dimitri Ryznard

miércoles, 27 de mayo de 2015

Ni el malo de Batman


Pues de esto que llegaba yo a casa ayer por la tarde de la oficina (que no tenga trabajo no quiere decir que no tenga cosas que hacer) y me dije: Vamos a ver la tele un rato o algo. Y eso, que encendí la caja y salió La Sexta, esa cadena demoníaca, nido de antisistemas, comunistas, masones y Eduardo Inda, que se merece un dúplex en el infierno para él solo. Y en La Sexta salió Esperanza Aguirre. De rueda de prensa, una hora tarde y diciéndole a los fotógrafos que le molestaban los flashes, en plan Lady Di. En su salsa.

Total que la lideresa, todo aristocracia y buena educación ella, tenía cosas que decir después de la estrepitosa caída del PP en la carrera a la alcaldía de Madrid. Decían las malas lenguas, que parece que no la conozcan ya, que iba anunciar su dimisión. Pues toma. Una cosa está clara, con esta mujer uno no se aburre. Muchas otras cosas, igual. Pero aburrirse, ni de broma.

Bueno, pues eso, que resulta que Aguirre, esa gran demócrata, ha tenido una epifanía: Que Podemos es un instrumento del diablo, anticonstitucional, antidemocrático y todo lo que se os ocurra. Que representan una amenaza para España y que, agárrate que vienen curvas, ella es la encargada de impedir su ascenso al poder. Todo esto, con una gran coalición de centro-centro-centro-epicentro mediante. La cuadratura del círculo llega cuando Maroto, en plató, cabreado porque 'había venido a hablar de su libro' como Umbral, dice que eso ya se hizo en Euskadi y que Ibarretxe y el PNV de aquellas eran mucho más demócratas que Ahora Madrid. Dí que sí, ya que no me dejáis hablar de lo mío, por lo menos dejadme enmierdar un rato para dar fe de que estoy aquí. Espera, espera, que para Ada Colau también tengo. Tranquilo, Maroto, que no eres el único eclipsado por la sombra de Espe.

La apoteosis se alcanza en este caso, cuando Aguirre le ofrece a Carmona la alcaldía, diciendo que ella no va a ser nunca un problema, si es para que no gobierne la izquierda radical. Que esos rojos agitadores no pueden gobernar, no sea que a la gente les terminen gustando sus políticas y se les termine de joder el chiringuito del todo. Que no está España para esas cosas, que lo suyo es que ellos sigan robando, haciendo favores al IBEX35 y luego colocándose en consejos de administración con un sueldo astronómico. Que eso es democracia, es lo que se ha hecho siempre, y es lo que hace falta para que la gente viva mejor. Es de cajón que los que gobiernan bien son los que cuando se van del consistorio tienen que triturar documentos como si no hubiera mañana. Estaría bonito. Que ella está aquí para preservar el espíritu de occidente y para que el coletas no utilice el Ayuntamiento de Madrid como trampolín a La Moncloa. Aparta, Maquiavelo, que viene aquí mi prima pisando como el caballo de Atila.

Parece que la que quiera impulsarse para cambiar de palacete sea ella. Que tal y como está su partido, es hora de menear el árbol a ver si caen cocos. A río revuelto... Presentarse como salvaguardia y mujer de estado, ofreciendo su apoyo incondicional a quien sea, sacrificándose por España. Ojo, no por Madrid. Por España.

Obviando el zoológico que tiene montado en la cabeza esta señora, que me da un poco igual, no creo que pueda permitirse llamar 'amenaza a la democracia' a una candidatura que ha obtenido casi los mismos apoyos populares que la suya. Es un insulto para los votantes y para los candidatos, para el marco legislativo y para el proceso electoral. Democracia es lo que yo diga, y los demás me la bufan. Muy responsable todo, muy democrático.

Para los que peinamos canas, la comparecencia de ayer evoca, de manera nada sutil, el episodio del 'Tamayazo'. Y por ahí sí que no, señora. Este bochorno no nos lo merecemos. Ni siquiera su partido, Condesa. Haga el favor de tener un ápice de dignidad y saber estar, y muérase (políticamente) sin molestar.


Dimitri Ryznard

martes, 26 de mayo de 2015

Vaya resaca


Bueno, bueno, bueno. Está la cosa calentita. No se si os habéis enterado de qué iba la cosa, pero se ve que la turra que nos estaban dando los políticos a lo largo y ancho de la piel de toro, incluídas las cunas de los castellets y el txacolí, era porque el domingo había elecciones. Autonómicas y municipales, tú. Ahí es nada, eso es aprovechar el tiempo. Por cierto, nunca he entendido lo de arrancarle la piel a un toro para forrar nada, y menos un país, pero atendiendo a las salvajadas que se les hace en España a los toros, ya nada me sorprende.

A lo que iba, que me pongo a pensar en lo humano y lo divino y me disperso. Que ha habido comicios, chavales. Para quien no esté familiarizado con el proceso, la cosa es sencilla. Tú cada cuatro años metes una papeleta en un sobre, el sobre en una caja, y te piensas que has ejercido tu derecho a escoger, que tu compromiso con la política ya está cubierto. Luego ya tienes la legislatura entera para protestar por las promesas no cumplidas y para decirle a otros: si no has votado, no puedes quejarte. Eso sí, los cuatro años luego te los puedes pasar tocándote los genitales a manos llenas en lo que a lo político se refiere, que tú ya has fichado.

Lo dicho, que la gente ha ido en masa a ejercer su derecho al voto. ¿En masa? Pues no. La participación es un poco de risa para lo que nos quejamos todos. Ha habido más movilización, sí. Sobre todo en los sectores jóvenes, sí. ¿Es suficiente? No. Me parece acojonante. Pero bueno, nada nuevo. En lo de la fuerza por la boca somos unos jefes. Indiscutible.

Vamos al turrón, las elecciones han traído muchos cambios. Tanto en los resultados como en la manera de entender la política a partir de ahora. Lo que era una dicotomía entre PP y PSOE, con las honrosas excepciones de IU en algunas ocasiones y UPYD yendo a su puta bola (sin atender a las regiones en las que existen partidos nacionalistas, que eso daría para escribir más que el sexo de los ángeles) se ha convertido en un escenario multipolarizado que nos aboca a una política de pactos, o eso dicen los que viven de la actualidad política. Yo ya sabéis que escribo sin ningún criterio.

Si bien como dice Rita, el PP se ha pegado una buena hostia, siguen siendo la lista más votada en la gran mayoría de los sitios. Esto quiere decir que la derecha es la derecha. Una grande y... Bueno, una grande. Y la izquierda, pues a lo suyo. Que no pido yo que haya una gran coalición de izquierdas que se presenten en todos los sitios bajo la misma lista. Pero coño, organización. Lo de las confluencias es importante que nos lo grabemos a fuego si nos queremos comer algo más allá de los momentos de indignación supina provocados por la emergencia social.

¿En qué andaba? Ah, sí. El PP ha ganado las elecciones. O al menos eso repiten una y otra vez como una suerte de mantra que les mantenga al margen de la realidad que se les presenta. Mariano, amiguito, gobiernan mayorias. No habéis ganado una mierda. Asumido sé que lo tenéis, empezad a reconocerlo. Que lo de mentir a la cara de alguien no está bonito. Y que me mientas a mí, que no te voto, pase (total, que me mientas no quiere decir que me engañes) pero lo de mentir a tus votantes se te está yendo de las manos.

Bueno, pues pasado el esperpento que supone escuchar a Floriano hablar de la victoria de su partido, me toca ver el día siguiente a Rajoy diciendo que deberían dejar gobernar a la lista más votada. Tócate los huevos. ¿En qué mundo vive este hombre? Solo espero que esto sea una antesala de un descalabro mayor en las generales, porque las gentes de este país no se merecen a la manada de hienas que conforman la plana mayor del Partido Popular (ni siquiera los que les votan).

Sobre el cómo un partido que ejerce semejantes prácticas sigue siendo la fuerza mayoritaria en el mapa electoral no voy ni a molestarme en escribir. Puedo entender, aunque no lo comparta, el voto conservador de quien tiene algo que conservar, pero ya me contarás cómo va la vaina. Ya pregunté en un artículo si es que erais gilipollas. Pues a buen entendedor, amanece más temprano.

Lo que sí que creo que hay que señalar con subrayador fluorescente son una serie de irregularidades asociadas al tema de las votaciones, a saber: Los emigrados que han tenido trabas variadas para poder ejercer su derecho al voto (adivinad a quién no iba a votar la mayoría de ese colectivo), las personas vinculadas con el PP cazadas con fajos de votos por correo (sin han salido algunos casos, cuántos no habrá) y los ancianos custodiados por afables monjitas yendo de excursión a los colegios electorales. Si la hostia ha sido esta, imaginad la que podría haber sido. Más nos vale haber tomado nota para las generales y empezar a poner sobre la mesa mecanismos para combatir semejante suciedad. Que es importante.

Voy a ir terminando. Espero que las celebraciones y la euforia (no hay para tanta, en serio) duren poco. No nos distraigamos de lo que importa. Se ha producido un cambio político en muchos sitios pero no se han conseguido unos resultados espectaculares, que no se olvide esto. La campaña del miedo ha calado hondo aunque no nos lo creamos. Yo estoy todo el puto día en la calle y oigo a la gente hablar. Y se oyen auténticas burradas, opiniones confundidas por el desconocimiento y la repetición continua de los clichés que se han empeñado en inocular. Y con eso hay que tener cuidado. Porque aquí cada uno hace su juego, y dad por seguro que esto no va acabar así. Vienen las generales, y os aseguro que esta campaña se va a recrudecer. ¿Qué hay que invocar el fantasma de ETA? Se invoca. ¿Bin Laden? Bin Laden. ¿Venezuela? Mejor con un poquito de cocaína de por medio. Espero que tengáis la decencia de omitir lo que os digan que tenéis que pensar y penséis por vosotros mismos. Sé que es un esfuerzo, pero la ocasión lo merece. Que tiene delito seguir creyéndose a alguien que se ha demostrado que nos miente de manera sistemática por su propio interés.

Y lo digo porque veo que os empeñáis en votar a unas siglas de manera inmutable, con un sentimiento inmarcesible, como quien es de un equipo de fútbol. Y mi pregunta es: ¿Si tuvierais un empleado que os lleva a la ruina, cuando no os roba directamente, con actitud de altiva impunidad, le mantendríais en su puesto de trabajo solo porque es del mismo equipo que vosotros? Pues deberiais recordar que los políticos electos son vuestros empleados. El voto no es una vinculación gregaria, un compromiso adquirido que mantener de por vida. Es una decisión pragmática de gran importancia. O así debería ser. A ver si nos aplicamos el cuento, chavales.

Os dejo el principio de una carta abierta a los votantes del PP. Que cada cual la termine como quiera: “No entiendo cómo podéis votar con tanta vehemencia, convicción e irracionalidad a personas que os desprecian tan profundamente..."

Ah, que casi se me olvida: Marhuenda, cumple tu palabra y márchate de España. (Felicidades Ada y Manuela. Yo creo en vosotras, no me defraudéis).


Dimitri Ryznard

miércoles, 20 de mayo de 2015

No es por dinero


Me paro a pensar sobre el tema de los acaparadores de dinero. De la gente que amasa fortunas ingentes, que sigue generando dinero cuando tiene más del que podría gastar en sus próximas diez vidas. No entiendo esa fijación. Bueno, la entiendo, pero no la comparto. Me resulta enfermiza y nociva, tóxica para el resto.

Pero bueno, no me voy a referir a las personas que dentro de la legalidad del sistema capitalista se jarta de llenarse los bolsillos, aunque sea a costa de prácticas esclavistas, como el señor Amancio Ortega. Los problemillas que ha tenido Inditex en Brasil ya si eso los ponemos sobre el tapete otro día.

Donde me empieza a hervir la sangre es con el tema de la clase política abonada al latrocinio y las corruptelas. No se ponen ni coloraos los hijos de puta. Existe un problema muy grave cuando los propios directivos de las empresas privadas asumen como normal y una manera lícita de agilizar los negocios el corromper a cargos públicos. Que vamos, a la vista está que con poquitas palmas bailan, si no les ponen el caramelo delante, ya se lo buscan ellos.

Y en estas estamos, viendo que no se cansan de llevárselo muerto. Como way of life. Todo lo que puedan. Esquilman los recursos públicos poniéndolos a su servicio personal, con total impunidad y con el más absoluto de los desprecios hacia las personas que los han colocado en su cargo. A la vista está. Solo hay que echar una escucha a las grabaciones aparecidas recientemetes, referidas al aparato político-criminal asentado en la Comunidad Valenciana.

Parece que se aprovisionan para el desierto que están construyendo. De hecho es lo que hacen. A fuerza de convertir España en un erial, nos vamos encabronando el resto. Todos los datos apuntan al crecimiento de la brecha social, de la desigualdad. Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Esto es, ni más ni menos, lo que está pasando. Y claro, se hace obligatorio preguntarse por qué se sigue legislando a favor de las políticas que lo que hacen es perpetuar esta situación. Por qué desde el lado de los ricos se pretende seguir empobreciendo a la mayoría si lo suyo ya lo tienen resuelto. La respuesta es sencilla. No es por dinero.

No les basta con ser ricos, necesitan que el resto sean cada vez más pobres. Ya que lo que se juegan con ello es seguir manteniendo sus privilegios. Es más, tener cada vez más poder sobre el resto de las personas. Es una cuestión de privilegios, de control sobre los demás.

Ilusos de nosotros, creímos que éramos libres. Menuda falta de respeto por nuestra parte. Rápido se han puesto manos a la obra para bajarnos los humos y recordarnos nuestro lugar. Los amos, otrora indulgentes, nos demuestran que la cosa podría ser peor a base de hacérnoslo pasar peor. “Mirad, podemos joderos cuanto queramos, de hecho lo estamos haciendo”.

Ayer le dijo Manuela Carmena a Esperanza Aguirre que “no somos súbditos”. Parece una obviedad, pero no lo es. A la marquesa hay que recordárselo. Es uno de los máximos exponentes de la impunidad en la que viven los políticos de carrera. De esa sensación que tienen de estar por encima de la legislación vigente, de que las leyes están hechas para todos menos para ellos. Es la encarnación del sentimiento que justifica que no es por dinero. Es porque solo humillando y empobreciendo al resto pueden mantener sus privilegios. Es la élite contra el populacho.


Dimitri Ryznard

viernes, 8 de mayo de 2015

¿Qué mierda os pasa?


A ver, que llevo un día entero intentando asimilarlo y por más que lo intento, nada. No puedo. Es superior a mí. O igual es que lo entiendo demasiado y además me lo esperaba, por lo que el hecho no es más que la cantidad de mierda en la que estamos braceando por no decidir hundirnos de una vez. Enmierdados hasta las fosas nasales, pero orgullosos, oye.

Lo voy a preguntar, así directamente, porque la vaina es para flipar. ¿Qué mierda os pasa? ¿Sois gilipollas o es que el masoquismo de la población de este país se sale de todos los baremos? Porque esto no es indolencia, amigos. La indolencia, su propio nombre lo indica, es que no duele, que nos la suda, vaya. Pero es que esto ya es sangrante. Del palo más gore del inmovilismo político y social.

A ver, para quien no sepa por dónde van los tiros aún, así con nombre y apellidos; ¿qué tipo de mierda es la última encuesta de intención de voto del C.I.S.? ¿Estamos idiotas o qué? A ver, que no os voy a venir yo a decir a quién tenéis que votar o dejar de votar, que cada cual con sus ideas. Hasta ahí me parece aceptable casi todo y yo no estoy aquí para venderle motos a nadie. Pero vamos, una cosa es eso y otra cosa es que la formación política que vaya a sacar más porcentaje de votos vuelva a ser el Partido Popular.

Que ya no entro en si sois conservadores o progres, fachitas o rojillos, de derechas o de izquierdas, me da igual. ¿Sois gilipollas o no sois gilipollas? Porque si es que sí, lo decís, y aquí paz y después gloria. Yo me quedo más tranquilo, no me hago mala sangre y me explico muchas cosas con datos fehacientes y no con conjeturas. Porque menuda incertidumbre llevo encima.

A ver, o eso, o asumo directamente que al grueso de la población española le da igual que sus dirigentes les roben impunemente y además les tomen por el pito del sereno. Porque vamos a ir poniendo negro sobre blanco señores, ya no es que expolien a manos llenas, es que se ríen de nosotros en nuestra puta cara. Y encima se jactan de ello. Que parece de chiste, pero no lo es, hostia.

Vamos, que esto es exagerado. Que el partido más votado en España, y el que va a volver a salir, es una formación política que tiene una caja de dinero negro para repartir sobresueldos desde el mismo momento de su fundación. Por dios, que tendría que estar ilegalizado por asociación con vocación criminal o alguna mierda de esas. Que sé que existen figuras jurídicas a estos efectos. Que estamos hablando de delitos organizados y continuados en el tiempo, de algo sistémico.

Pues no, ahí estamos, otra vez de cabeza contra el muro. Me van a perdonar, pero yo no me lo explico. Y le doy vueltas, eh, que no soy yo persona de pensar poco. Las únicas cosas que se me ocurren es o que somos gilipollas (me incluyo porque aunque sé que yo no lo soy da igual, mandan mayorías) o que directamente sois cómplices. 

Porque si ya es de traca que la justicia no tome cartas en el asunto de oficio, impidiendo que los delincuentes se conviertan en gobernantes, peor aún es que la gente a la que roban les siga votando. Así que de víctimas nada, un grueso de la población española son, como ya he dicho, directamente cómplices. Y esto solo sería explicable si casi el 26% de la población cobrase sobres en B del Partido Popular, cosa que vista la dimensión del saqueo que han llevado a cabo (del que todavía ni se vislumbra el tamaño real) me empieza a parecer posible.

Que a ver, yo entiendo que la fuerza de la costumbre es muy poderosa, pero al final va a ser verdad lo que escribí, medio en broma medio en serio, en La Historia de Otro: "La estupidez humana es la única fuerza más poderosa que la inercia." (Imagina si se juntan las dos).

En esas, juntando fuerzas, tenemos el caso que me parece más lacerante, que es el de la Comunidad Valenciana, feudo tradicionalmente popular. Después del 'espectáculo Rita', Camps, la F1 y demás, siguen votándoles. Después de que Alfonso Rus salga en unas grabaciones admitiendo que entró en la Diputación "para saquearla", siguen votándoles. Matarían a todos los primogénitos varones, y seguirían siendo la fuerza más votada, seguro.

Así que como no quiero pensar que sois una maldita colonia de ratas y cómplices, me veo en la obligación de preguntar. ¿Qué mierda os pasa, es que sois gilipollas?


[Por poner un poco de humor, que en esta pieza me lo he dejado olvidado, os enseño el caso del PP de Huelva, al que El cobrador del Frac perseguirá durante toda la campaña por una deuda.]

Dimitri Ryznard





viernes, 1 de mayo de 2015

Que trabaje Rita (Barberá)

Viñeta: juancarlerias.blogspot.com


¡Feliz primero de mayo! – repiten como una puta letanía obligada cuando pasa la noche que termina de matar el mes de abril – Día Internacional del Trabajo. Lo decía hace poco más de una semana, lo de los días internacionales se nos ha ido de las manos. Ojo, no me refiero a este en concreto, que bien interpretado tiene su aquel, no os vayáis a pensar. Pero la cuestión es esa, interpretarlo bien.

No soy yo muy de ir a clase los festivos, pero conviene recordar por qué hoy es festivo y por qué las jornadas laborales son de ocho horas (cuando los empresarios respetan los derechos de los trabajadores). Vamos, que hay que poner sobre la mesa cosas que a muchos parece que se les hayan olvidado. Por cierto, ánimo a los hosteleros que hoy están trabajando. Para muchos es un día de asueto, como si la empresa nos diera vacaciones porque somos trabajadores y este es nuestro día, pero os recuerdo a todos que esto empezó siendo una huelga general. Que el 1 de mayo no fue una concesión, fue algo que los curritos de la época tuvieron a bien declarar como suyo, sin importarles lo que el patrón, o el sistema, dijeran.

Pues eso, amiguitos, que el 1 de Mayo tiene una historia detrás que es imprescindible conocer, ahí os la dejo a grandes rasgos. Diréis que sí, que es la CNT, que es un panfleto anarquista y todas esas cosas, pero esta plataforma es mía y manipulo como quiero. A quejarse a La Razón, que Marhuenda es buena gente. De hecho, de bueno que es, es tonto.

A lo que iba, el tema del trabajo. La que habéis liado, pollitos. Decir que la cosa está jodida es poco, pero tampoco vamos a pegarnos un tiro, ¿no? ¿NO? Como curiosidad y efeméride sin importancia os diré que mi último contrato de trabajo entraba en vigor justo hace un año. Project Manager, ahí es nada. Contrato fijo y con una nómina medio decente. Lástima que el asunto no saliera bien, si no igual ahora no os estaba dando la turra y como buen acomodaticio asalariado estaba cagándome en Dios en algún atasco durante mi viaje del puente de mayo.

Pero no, aquí estoy, dispuesto a comentaros que no es sólo lo de tener un puesto de trabajo lo que se está yendo a la mierda por paquete urgente, es que muchas veces quien tiene empleo, tampoco es que pueda estar muy agradecido. La recesión económica es una causa para el aumento de los índices de paro, pero si nos referimos al recorte (o directamente atropello) de los derechos de los trabajadores, la crisis es una excusa. Perfecta además.

En esa tesitura nos encontramos camareros trabajando el 1 de mayo, y el resto de los días, hasta 12 horas, teniendo firmadas ocho y cobrando el mínimo interprofesional. Más el bote de propinas, eso sí. Que tampoco somos esclavistas. O gente encadenando contratos temporales a través de una ETT durante años. O simplemente personas tan acojonadas ante la posibilidad de que les den la patada, que el consabido “hay mil en la calle esperando para coger tu trabajo” hace maravillas. Vamos, que encima de cornudos, apaleados. Y tragamos, vaya si tragamos. Dice ese mantra tan celebrado que si conviertes tu pasión en tu trabajo, no volverás a trabajar el resto de tu vida. ¡Nos ha jodido mayo! Está la cosa como para elegir.

Lo que antes era el lastre de ser mileurista ahora es la aspiración de la mayoría. Ay, cómo hemos cambiado. Las empresas ejercen más que nunca la ley de la oferta y la demanda y, ante la escasez en la oferta de empleo, tensan la cuerda de las condiciones laborales todo lo que quieren y más. Y eso no está bonito, señores empresarios. Mi padre, persona hecha a sí misma que porta en el zurrón la sabiduría y la seguridad que sólo te da el tiempo (y las hostias que este conlleva) lo dice siempre: “Para que sea un buen negocio, aquí tenemos que ganar dinero todos.”

Huelga decir que cuando hablo de empresarios no me estoy refiriendo al autónomo o la pyme de turno, que van hasta el cuello intentando salir adelante como cualquiera y en la que, al fin y al cabo, todos van en el mismo barco. Ellos ya saben quiénes son. Los peces gordos, los que tienen la sartén por el mango. Vamos, esos mismos para los que se legisla a medida, aunque sea pasando por encima de la Constitución, con una reforma de tapadillo, rápido y en verano. Vamos, con noctunidad y alevosía. Esos.

No contentos, luego llega los presidentes de turno de la CEOE, o del Círculo de Empresarios, a soltar burradas por la boca, quedándose más anchos que largos. Que a una persona como yo, que gusta de analizar la realidad social con los pies puestos en la calle, le da por pensar: “Están pidiendo a gritos que les pase cualquier cosa que una persona desesperada estime que se merecen”. (Y cada cual que entienda lo que quiera, que yo no he dicho nada).

A esto tenemos que unir el gusto que le han cogido las empresas en España a lo de las subcontratas draconianas en condiciones que rozan el insulto (caso de Movistar) o a los expedientes de regulación de empleo. Los de Bimbo y Coca Cola, ya consumados, y los que planean Vodafone y el BBVA. En el caso de Coca Cola, en el que tras más de un año de lucha se ha conseguido la ilegalización del ERE, la empresa no reculará. Pagará los despidos con la penalización correspondiente y fuera. Al tiempo.

Y terminamos de rematar la faena cuando viene, como si la cosa no fuera con ella, doña Ana Patricia Botín (atiende, que esta sabe de qué va la vaina) y escupe así al vuelo, como lo más natural del mundo, que ve el desarrollo de España en el sector turístico para el mercado del resto de Europa. Que este país se puede convertir en la Florida de nuestro continente. Sí señor, con dos cojones. Tras la burbuja del ladrillo llega la burbuja vacacional. Un país de putxs y camarerxs que asegure diversión y sol a nuestros socios del norte, un patio de recreo.

Pues nada, si la cosa la vemos así casi es normal que estén desmantelando el sistema educativo. Total, ¿para qué lo queremos? De vez en cuando alguien se descuelga filtrando, como quien no quiere la cosa, que la universidad pública es insostenible. Que no salen las cuentas. Claro que no salen, los beneficios de la educación superior no pueden ser entendidos como monetarios inmediatos, tomando los centros educativos como unidades de negocio separadas de un sistema global. En España tenemos un gran capital humano que está huyendo despavorido ante unas perspectivas nada halagüeñas. Y tampoco están buscando que les prometan el oro y el moro. Me vais a llamar rebelde, pero a mí que un investigador, lejos de exigir un salario astronómico, lo que pida sea financiación para su proyecto, no me parece una herejía. Ni siquiera me parece descabellado.

Pero se ve que en lugar de aprovechar los titulados que salen de nuestras universidades, invertir algo más de dinero y generar un tejido productivo diverso y de calidad, con polos punteros, es mejor dejar que la gente emigre casi obligada. Que su know how y sus ideas se vayan con ellos a generar beneficios (no solo económicos) a otro lado, y luego ya decimos que es que la universidad es deficitaria y es mejor desmantelarla, abocando a los trabajadores a una baja cualificación. Total, ¿para qué molestarse?

¿Todo para qué? Para cotizar en un país que aumenta los impuestos mientras recorta los servicios públicos. Lo mínimo que os exijo es que montéis en cólera, porque dedican lo que recaudan a costa de todos nosotros a pagar los intereses de una deuda que han creado ellos, a base de gestiones como la de Bankia. Ni más ni menos. Así de claro. Eh, y que no se ponen ni colorados cuando comparecen ante la gente a la que saquean.

En estas estamos, que viendo esto con nuestros propios ojos, Rajoy tiene los santos huevos de salir a la palestra diciendo qué todo va mejorando, que se crea empleo y que es de calidad. No voy a entrar a valorar las cifras sobre la temporalidad de los puestos que se crean y bajo qué condiciones porque prometí escribir esta tribuna sin ningún criterio periodístico. El que las quiera, las tiene en Internet. Pero vamos, que no se lo cree ni harto de vino, de ese del que a Aznar era mejor no decirle cuántas copas se podía tomar antes de conducir.

Que no me valen los datos macroeconómicos, las previsiones de crecimiento, las bajadas de la prima de riesgo si la gente sigue desesperada, pasando frío y hambre. Que yo no me creo esa mentira. Que de nada nos vale a los que somos mayoría, que el PIB crezca, si se lo van a repartir en dividendos los diez o doce que se lo reparten todo.

Y nada eso, que busco curro. De lo que sea, ya me da igual de lo mío que matando gente.

Dimitri Ryznard

lunes, 27 de abril de 2015

Qué esperabais, ilusos, sino infamia



Bueno, pues nada, otra vez lunes. ¿Qué, os lo habéis pasado bien el fin de semana? No voy a contaros el mío, tranquilxs , que ya empiezo a estar mayor y resulta un poco deprimente. Lo dicho, aquí andamos, de lunes, y como los lunes me cortan la leche del café me voy a liar con un temita que me trae los cascos calientes desde hace unos días y aún no me había dado por meterle mano.

¿Qué le pasa a la justicia española? Así, como sector profesional. Porque la cosa tiene tela. No voy a entrar (esta vez) en el tema de la masificación de los juzgados, los millones de legajos mal archivados, el proceso de digitalización si es que de verdad existe, en que desaparezcan expedientes según conviene y en todas esas cosas que me dan para un libro. Voy a ir a algo concretito, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo. Lo que viene siendo la primera división, vaya.

¿Qué coño les pasa? Porque ya bastante tenemos con que quienes legislan sean una manada de desvergonzados que se hacen las leyes a medida, cuando no se las saltan a la torera, y después se defienden entre ellos, sean del partido que sean. Perro no come perro, no vaya a ser que abramos las ventanas para ventilar el olor a podredumbre y se nos lleve el viento a todos. Y esto no es una opinión, se han empeñado en demostrar que es un hecho.

Una manada de sinvergüenzas, eso es lo que son los políticos como Trillo o Martínez Pujalte. Vamos, ni la tienen, ni la han conocido en su vida. Ya que son conservadores, podrían tener la sombra de decencia de conservar alguna buena costumbre, como aquella de que la mujer del César tenía que ser honesta y, además, parecerlo. Hablando a las claras, lo que han hecho es legal, claro que lo es, ya se han encargado de que lo sea todos los de su calaña. Ahora, no es legítimo, y mucho menos honesto. Y la cosa ya toma tintes de comedia (porque os aseguro que ellos se ríen, de nosotros, además) cuando uno de los citados elementos aduce que sus cobros “son legales, aunque no sean éticos”.

Venga, festival. Al ejercicio de la política, la ética se le debe presuponer, señores. Quien no sea capaz de aplicarla, porque se ve que reconocerla la reconocen, a otra cosa. Pero claro, es tan goloso meterse a diputado para generarse situaciones de ventaja en el ámbito de la empresa privada. Si no, ¿de qué? Como si no hubiera ya suficiente. Que para lo que les interesa legislan muy rápido, ya sea por consenso o por decreto a golpe del rodillo de la mayoría absoluta. Absoluta es su mayoría y como absoluto es su desprecio por la gente a la que se supone que representan. Ya no esperan a la puerta giratoria de turno para cobrarse los favores, se lo montan para empezar a trincar siendo aún diputados. Muy bien hecho, señores.

Nos toman por gilipollas, eso ya está demostrado, y como aquí nadie hace nada y la ley ampara algunos de sus comportamientos, entre ellos se van tapando otros, algunos prescriben y cuando, en casos muy remotos, entran en la cárcel, salen en cuatro días, aquí no pasa nada. Living la vida loca.

Para colmo salen personajes como Rudí exponiendo ideas como que si los diputados no pueden compatibilizar su cargo con la actividad privada, el ejercicio de la política quedará abocado exclusivamente a los muy ricos o a los funcionarios de profesión, “como en el siglo XIX”.

Que la desfachatez es mucho más atrevida que la ignorancia ya lo que demuestra esta señora. Qué poquita vergüenza. Como si los sueldos y complementos de los aforados no fuesen ya de por sí bastante más que un salario de esos empleos “de calidad” que se están creando en España, según el Partido Popular. Posibilidad de compatibilizar un palazo en las costillas (ficción figurada con carácter enfático, señores de la brigada de delitos telemáticos) con una declaración pública de disculpa es lo que les tenían que dar.

Pero vamos, que esto es sólo la última entrega. Los partidos mientras con sus rollos de que si la línea roja está en la imputación, en la imputación de un delito concreto, en la apertura de juicio oral. Nada, al final nada de nada. A lo que iba, que me enredo con algo en lo que la judicatura ni siquiera tiene nada que hacer, porque como señalaba el señor Martínez Pujalte es legal (que no legítimo).

¿Justicia, qué coño te pasa? ¿Acaso no será que no vas a ser ciega, que lo que haces es cerrar los ojos o mirar para otro lado cuando conviene? Hay que devolver los favores y ya sabemos que lo de los nombramientos de la judicatura para los cargos que molan va como va. Separación de poderes por los cojones, Montesquieu. La cultura del trapicheo no entiende de democracias, y aún así se filtra en ellas hasta las entrañas. Y esto a razón de qué, os diréis. Pues nada, Que la Audiencia Nacional reduce la fianza social del caso Bankia en un nada desdeñable 96%. Toma rebajas, ni a verano hemos tenido que esperar. Y de la misma tacada el Supremo redunda en la inhabilitación a Elpidio Silva por prevaricación. Con el agravante de que tendrá que indemnizar a Blesa, para reírse por no llorar.

Total que eso, nada nuevo bajo el sol. ¿No?


Dimitri Ryznard

jueves, 23 de abril de 2015

El Día del Libro no libro



Vaya, que es 23 de abril otra vez. Qué rápido pasan los años cuando no estás esperando a que de la hora de fichar para salir del curro. Es curioso, el carácter viscoso del tiempo como fluido, tan elástico y maleable a veces, tan espeso, indeformable e inexorable otras. 

Mira que lo de leer a mí me gusta. Creo que eso salta a la vista. A veces hasta me atrevo a ir escribiendo alguna cosilla. Pero los fastos estos y la fiebre que le entra a las personas, y a las editoriales más aún, ya me dan un poco más de dentera.

Que quiero decir que está muy bien escribir libros; es un trabajo muy loable, de normal poco reconocido y muchas veces no demasiado agradecido. Pero ya huele eso de que la novela de tal o de cual autor más o menos famosete salga antes de navidad, a principios de abril o antes de la feria del libro.

No es por tirar piedras a mi propio tejado, pero me molesta un poco la que se lía por estas fechas. Dicen que no es bueno cagar donde se come, y que perro no come perro, pero debo ser un perro famélico y caníbal cagando en el cuenco de Friskies. Resulta que de un día para otro, nunca mejor dicho, todo el mundo es bibliófilo (no de follar, que os veo venir). Que en un país con los hábitos de lectura del nuestro, la gente se levanta con el Hannibal Lector subido, decididos a devorar páginas, y les da por coger 'Crimen y castigo' por banda como el que se apunta al gimnasio el día dos de enero y paga la cuota del año entero.

Y las editoriales encantadas, en unos sitios más que en otros. Porque lo del libro y la rosa no me digas tú que no les ha quedado cuco. Hilan fino, sí. Casi casi como el día del padre o de la madre. Entre los dos justo cae. Pero puestos a decir verdades, la gran mayoría de mujeres que conozco prefieren el libro a la rosa, así que ya es hora de ir revisando tradiciones.

Pues eso, que nos plantamos en este día tan señalado, con tanto significado, y a todo el mundo le da por hablar de un tipo de objeto que muchos llevan años sin siquiera tocar, no digamos ya habrir. Y es que queda muy cooltureta hablar de tal o cual libro en los coffee breaks de nuestra ajetreada vida, mientras saboreamos un Latte-Machiato del Starbucks sin apartar la vista de la pantalla de nuestro smartphone más de treinta segundos, con un ojo mirando al cacharro y el otro, camaleónico, mirando a los conversantes. No sé cómo lo hacen. A mí, que no tengo muy desarrollada la visión periférica, me parece una habilidad inquietante.

Pero bueno, que la festividad en sí, ni fu ni fa. Vamos, que no dan libre en el trabajo. Vivimos en la era del día internacional de. Es más, no sé cómo aún no se ha proclamado el Día Internacional de los Días Internacionales. El del libro dí que sí que tiene un poquito más de arraigo, como más enjundia, pero tampoco es la cosa como para tirar cohetes.

Otro asunto que no entiendo es que la UNESCO pusiera de fecha, pudiendo elegir, la del aniversario de la muerte de tres ilustres literatos en tan aciago día de 1616. Que ni siquiera es verdad del todo, porque se hicieron la picha un lío con el tema de los calendarios gregorianos y julianos con uno, con otro entre la fecha de la muerte y la del entierro... Vamos, un jaleo de estos que se entierra con el paso del tiempo y la unificación normativa. ¿23 de abril? Venga, nos vale. Ahora, que digo yo que crear un día específico para apoyar la lectura cogiendo como referencia una fecha de defunción es de ser un poco cabrones, ¿no? 

En resumen, que lo veo un poco descabezado todo esto, pero que es así. El Facebook y el Instagram se me llenan de fotos de libros y rosas, de citas de autores, de títulos de clásicos y de obras destinadas a ser los best sellers de este año y a mí me entra temblera. No por nada, está muy bien que por un una vez al año, que dicen que no hace daño, a todos nos de por leer. O por hacer el propósito. O por decir que leemos, o que sabemos leer. Pero a mí con el Día del Libro me pasa como con el Día de la Mujer Trabajadora, que es todos los días del año. Y a mi madre le agradezco esas dos cosas, entre muchas otras.


Pd. Mamá, te quiero. Que nunca está de más decirlo y así se piensa la gente que tengo corazón y que en el fondo no soy tan cabrón como parece.


Dimitri Ryznard

miércoles, 22 de abril de 2015

Mis delincuentes favoritos.



Pueden quitárnoslo todo. No solo lo material. Esos torturadores profesionales que conforman los enrevesados mecanismos del mundo que han preparado para nosotros, que es distinto al que preparan para ellos, por descontado, pueden reducir a una persona a escombros.

En una realidad configurada por el apego a las pertenencias como base, que fomenta el consumo irresponsable y por pulsión como combustible del motor productivo, que además de insostenible, se erige como gran creador de organigramas de represión establecidos y perpetuados, te quitarán lo que es tuyo. Primero aquello de lo que puedes prescindir sin demasiados problemas; tus aficiones, el ocio y la cultura. Vamos, eso que te dirán que son lujos superfluos, pero que no lo son. Después tus ahorros, tu sueldo, tu casa, tu medio de transporte... Todo aquello que te pueda dar una cierta libertad porque, no te engañes, el dinero compra libertades.

Una vez hayan hecho eso, te despojarán de lo que de verdad te pertenece. Tus planes, expectativas y sueños. Tu identidad y tu dignidad, eso que te hace persona. Dejarás de ser un ser humano para convertirte, únicamente, en recurso humano.

Luego estigmatizarán tu situación, harán creer a la sociedad que tu fracaso es exclusivamente culpa tuya, que este sistema asesino no tiene nada que ver, cuando es el que te aboca al desastre. Individuos con mejor estatus social que tú, tan atomizados que han perdido toda empatía y solidaridad, con ese mensaje interiorizado y grabado a fuego, lo repetirán una y otra vez como dogma: "La culpa de tu situación es solo tuya, maldito fracasado victimista. Qué tal sí dejas de protestar y te sacrificas y trabajas."

El problema real viene cuando consiguen romper tu capa de impermebilidad y ese mensaje logra calar hondo dentro de ti. La frustración, la culpa, la apatía y finalmente la depresión. Pensarás que quizá tienen razón y que la culpa es tuya. Te sacrificarás y trabajarás, pero seguirás fracasando. Y sé que fracasarás porque en el mejor de los casos te adecuarás a lo que quisieron imponerte desde un principio y que te pareció mal. Harás más a cambio de menos en el mundo que esos torturadores profesionales han preparado para ti, para hacer posible el mundo que disfrutan ellos.

Si aún así sigues pensando por ti mismo, si no te has rendido a ese discurso dominante que han conseguido inocular en la mayoría de ciudadanos, que actúan como altavoces de la arenga del "tu fracaso es solo culpa tuya", irán a por ti. Las leyes las ponen ellos, y las pondrán en tu contra. No lo dudes. No será raro que des el salto de paria social a delincuente tipificado, porque la pobreza se estigmatiza y criminaliza, igual que el pensamiento libre y cualquier iniciativa de solidaridad. Así que olvídate de la autogestión. Si no es mediante los canales institucionales, tu solidaridad será delito. Y si viene de las instituciones es limosna con la que lavar la cara, y la imagen, de su aparato excluyente.

En el peor de los casos, ellos, los torturadores profesionales, te terminarán de despojar lo poco que te queda: la autoestima, la capacidad de respirar, las ganas de seguir viviendo, incluso de los latidos de tu corazón. Lo llaman respuesta a la resistencia a la autoridad, lo llaman cárcel. Lo llamo muerte.

Yo solo puedo decirte que seas fuerte. Que antes de nacer ya estábamos muertos.


Dimitri Ryznard.

lunes, 20 de abril de 2015

Pasen y vean


Pues nada, aquí estamos. No sé muy bien qué es lo que me ha traído hasta aquí. O quizá sí, pero no veo oportuno ponerme a enumerar mis razones. El caso es que, como ya he dicho, aquí estamos. Puede que algunos me conozcáis de otros proyectos como 'La Historia de Otro' o la ya derruida 'Tasca del Polaco'. Para los que no, me voy a presentar.

Soy Dimitri Ryznard, escritor a tiempo parcial y pensador a tiempo completo. No uno de esos que se erige como intelectual de turno planteando sesudas disquisiciones, que busca siempre ese tono elevado e instructivo que haga a los demás alcanzar un conocimiento del que antes carecían. Vamos, que no soy un pedante. No tengo ínfulas de iluminado y realmente me la sudan bastante los debates intelectualoides en los que solo hay gente midiendo quién la tiene más larga. Yo he venido aquí a hablar de mi libro, y punto.

Se podría decir que tengo un hobby: leer periódicos. Sí, ya sé que es como muy decimonónico. Esa imagen del señor de la casa con anteojos y batín, fumando en pipa al calor de la chimenea, escondiendo su cara tras un gran pliego de papel tamaño sábana. Bueno, es posible que empezase así, para qué vamos a negarlo. Pero señores, como pueden ver tengo Internet, y las cosas van cambiando.

Lo que quiero explicar con esto es que soy de esa gente que sigue la actualidad. Que hasta se indigna con ella a veces. Y la verdad es que la actualidad actual, no nos vamos a engañar, está puntiaguda. Así que más a mi favor para liarme la manta a la cabeza y abrir el chiringuito.

De mi consumo habitual de periódicos y otros soportes informativos se desprende una conclusión, que si bien es mía, seguro que más de diez o doce en todo el mundo comparten: la cosa está pelín jodida. Vamos, que no sé yo si es por la precarización de las redacciones (que aunque nadie lo diría, la hay, eh, que he visto cosas), porque los medios públicos están manipulados por los gobiernos de turno y los privados por los intereses de los propietarios, porque los anunciantes mandan o porque el espíritu de Kapuscinski aún no se ha liado a repartir hostias como hogazas de pan. Pero que por algo es, supongo. Llamémoslo X.

El caso es que he pensado que es buen momento para abrir una tribuna de opinión personal e intransferible, diciendo lo que me parezca sobre el tema que en ese momento me interese, sin tener muy en cuenta el rigor. Vamos, como lo hacen a día de hoy los medios de comunicación: SIN NINGÚN CRITERIO.

Así que dicho lo dicho, pasen y vean.


Dimitri Ryznard.