miércoles, 27 de mayo de 2015

Ni el malo de Batman


Pues de esto que llegaba yo a casa ayer por la tarde de la oficina (que no tenga trabajo no quiere decir que no tenga cosas que hacer) y me dije: Vamos a ver la tele un rato o algo. Y eso, que encendí la caja y salió La Sexta, esa cadena demoníaca, nido de antisistemas, comunistas, masones y Eduardo Inda, que se merece un dúplex en el infierno para él solo. Y en La Sexta salió Esperanza Aguirre. De rueda de prensa, una hora tarde y diciéndole a los fotógrafos que le molestaban los flashes, en plan Lady Di. En su salsa.

Total que la lideresa, todo aristocracia y buena educación ella, tenía cosas que decir después de la estrepitosa caída del PP en la carrera a la alcaldía de Madrid. Decían las malas lenguas, que parece que no la conozcan ya, que iba anunciar su dimisión. Pues toma. Una cosa está clara, con esta mujer uno no se aburre. Muchas otras cosas, igual. Pero aburrirse, ni de broma.

Bueno, pues eso, que resulta que Aguirre, esa gran demócrata, ha tenido una epifanía: Que Podemos es un instrumento del diablo, anticonstitucional, antidemocrático y todo lo que se os ocurra. Que representan una amenaza para España y que, agárrate que vienen curvas, ella es la encargada de impedir su ascenso al poder. Todo esto, con una gran coalición de centro-centro-centro-epicentro mediante. La cuadratura del círculo llega cuando Maroto, en plató, cabreado porque 'había venido a hablar de su libro' como Umbral, dice que eso ya se hizo en Euskadi y que Ibarretxe y el PNV de aquellas eran mucho más demócratas que Ahora Madrid. Dí que sí, ya que no me dejáis hablar de lo mío, por lo menos dejadme enmierdar un rato para dar fe de que estoy aquí. Espera, espera, que para Ada Colau también tengo. Tranquilo, Maroto, que no eres el único eclipsado por la sombra de Espe.

La apoteosis se alcanza en este caso, cuando Aguirre le ofrece a Carmona la alcaldía, diciendo que ella no va a ser nunca un problema, si es para que no gobierne la izquierda radical. Que esos rojos agitadores no pueden gobernar, no sea que a la gente les terminen gustando sus políticas y se les termine de joder el chiringuito del todo. Que no está España para esas cosas, que lo suyo es que ellos sigan robando, haciendo favores al IBEX35 y luego colocándose en consejos de administración con un sueldo astronómico. Que eso es democracia, es lo que se ha hecho siempre, y es lo que hace falta para que la gente viva mejor. Es de cajón que los que gobiernan bien son los que cuando se van del consistorio tienen que triturar documentos como si no hubiera mañana. Estaría bonito. Que ella está aquí para preservar el espíritu de occidente y para que el coletas no utilice el Ayuntamiento de Madrid como trampolín a La Moncloa. Aparta, Maquiavelo, que viene aquí mi prima pisando como el caballo de Atila.

Parece que la que quiera impulsarse para cambiar de palacete sea ella. Que tal y como está su partido, es hora de menear el árbol a ver si caen cocos. A río revuelto... Presentarse como salvaguardia y mujer de estado, ofreciendo su apoyo incondicional a quien sea, sacrificándose por España. Ojo, no por Madrid. Por España.

Obviando el zoológico que tiene montado en la cabeza esta señora, que me da un poco igual, no creo que pueda permitirse llamar 'amenaza a la democracia' a una candidatura que ha obtenido casi los mismos apoyos populares que la suya. Es un insulto para los votantes y para los candidatos, para el marco legislativo y para el proceso electoral. Democracia es lo que yo diga, y los demás me la bufan. Muy responsable todo, muy democrático.

Para los que peinamos canas, la comparecencia de ayer evoca, de manera nada sutil, el episodio del 'Tamayazo'. Y por ahí sí que no, señora. Este bochorno no nos lo merecemos. Ni siquiera su partido, Condesa. Haga el favor de tener un ápice de dignidad y saber estar, y muérase (políticamente) sin molestar.


Dimitri Ryznard

martes, 26 de mayo de 2015

Vaya resaca


Bueno, bueno, bueno. Está la cosa calentita. No se si os habéis enterado de qué iba la cosa, pero se ve que la turra que nos estaban dando los políticos a lo largo y ancho de la piel de toro, incluídas las cunas de los castellets y el txacolí, era porque el domingo había elecciones. Autonómicas y municipales, tú. Ahí es nada, eso es aprovechar el tiempo. Por cierto, nunca he entendido lo de arrancarle la piel a un toro para forrar nada, y menos un país, pero atendiendo a las salvajadas que se les hace en España a los toros, ya nada me sorprende.

A lo que iba, que me pongo a pensar en lo humano y lo divino y me disperso. Que ha habido comicios, chavales. Para quien no esté familiarizado con el proceso, la cosa es sencilla. Tú cada cuatro años metes una papeleta en un sobre, el sobre en una caja, y te piensas que has ejercido tu derecho a escoger, que tu compromiso con la política ya está cubierto. Luego ya tienes la legislatura entera para protestar por las promesas no cumplidas y para decirle a otros: si no has votado, no puedes quejarte. Eso sí, los cuatro años luego te los puedes pasar tocándote los genitales a manos llenas en lo que a lo político se refiere, que tú ya has fichado.

Lo dicho, que la gente ha ido en masa a ejercer su derecho al voto. ¿En masa? Pues no. La participación es un poco de risa para lo que nos quejamos todos. Ha habido más movilización, sí. Sobre todo en los sectores jóvenes, sí. ¿Es suficiente? No. Me parece acojonante. Pero bueno, nada nuevo. En lo de la fuerza por la boca somos unos jefes. Indiscutible.

Vamos al turrón, las elecciones han traído muchos cambios. Tanto en los resultados como en la manera de entender la política a partir de ahora. Lo que era una dicotomía entre PP y PSOE, con las honrosas excepciones de IU en algunas ocasiones y UPYD yendo a su puta bola (sin atender a las regiones en las que existen partidos nacionalistas, que eso daría para escribir más que el sexo de los ángeles) se ha convertido en un escenario multipolarizado que nos aboca a una política de pactos, o eso dicen los que viven de la actualidad política. Yo ya sabéis que escribo sin ningún criterio.

Si bien como dice Rita, el PP se ha pegado una buena hostia, siguen siendo la lista más votada en la gran mayoría de los sitios. Esto quiere decir que la derecha es la derecha. Una grande y... Bueno, una grande. Y la izquierda, pues a lo suyo. Que no pido yo que haya una gran coalición de izquierdas que se presenten en todos los sitios bajo la misma lista. Pero coño, organización. Lo de las confluencias es importante que nos lo grabemos a fuego si nos queremos comer algo más allá de los momentos de indignación supina provocados por la emergencia social.

¿En qué andaba? Ah, sí. El PP ha ganado las elecciones. O al menos eso repiten una y otra vez como una suerte de mantra que les mantenga al margen de la realidad que se les presenta. Mariano, amiguito, gobiernan mayorias. No habéis ganado una mierda. Asumido sé que lo tenéis, empezad a reconocerlo. Que lo de mentir a la cara de alguien no está bonito. Y que me mientas a mí, que no te voto, pase (total, que me mientas no quiere decir que me engañes) pero lo de mentir a tus votantes se te está yendo de las manos.

Bueno, pues pasado el esperpento que supone escuchar a Floriano hablar de la victoria de su partido, me toca ver el día siguiente a Rajoy diciendo que deberían dejar gobernar a la lista más votada. Tócate los huevos. ¿En qué mundo vive este hombre? Solo espero que esto sea una antesala de un descalabro mayor en las generales, porque las gentes de este país no se merecen a la manada de hienas que conforman la plana mayor del Partido Popular (ni siquiera los que les votan).

Sobre el cómo un partido que ejerce semejantes prácticas sigue siendo la fuerza mayoritaria en el mapa electoral no voy ni a molestarme en escribir. Puedo entender, aunque no lo comparta, el voto conservador de quien tiene algo que conservar, pero ya me contarás cómo va la vaina. Ya pregunté en un artículo si es que erais gilipollas. Pues a buen entendedor, amanece más temprano.

Lo que sí que creo que hay que señalar con subrayador fluorescente son una serie de irregularidades asociadas al tema de las votaciones, a saber: Los emigrados que han tenido trabas variadas para poder ejercer su derecho al voto (adivinad a quién no iba a votar la mayoría de ese colectivo), las personas vinculadas con el PP cazadas con fajos de votos por correo (sin han salido algunos casos, cuántos no habrá) y los ancianos custodiados por afables monjitas yendo de excursión a los colegios electorales. Si la hostia ha sido esta, imaginad la que podría haber sido. Más nos vale haber tomado nota para las generales y empezar a poner sobre la mesa mecanismos para combatir semejante suciedad. Que es importante.

Voy a ir terminando. Espero que las celebraciones y la euforia (no hay para tanta, en serio) duren poco. No nos distraigamos de lo que importa. Se ha producido un cambio político en muchos sitios pero no se han conseguido unos resultados espectaculares, que no se olvide esto. La campaña del miedo ha calado hondo aunque no nos lo creamos. Yo estoy todo el puto día en la calle y oigo a la gente hablar. Y se oyen auténticas burradas, opiniones confundidas por el desconocimiento y la repetición continua de los clichés que se han empeñado en inocular. Y con eso hay que tener cuidado. Porque aquí cada uno hace su juego, y dad por seguro que esto no va acabar así. Vienen las generales, y os aseguro que esta campaña se va a recrudecer. ¿Qué hay que invocar el fantasma de ETA? Se invoca. ¿Bin Laden? Bin Laden. ¿Venezuela? Mejor con un poquito de cocaína de por medio. Espero que tengáis la decencia de omitir lo que os digan que tenéis que pensar y penséis por vosotros mismos. Sé que es un esfuerzo, pero la ocasión lo merece. Que tiene delito seguir creyéndose a alguien que se ha demostrado que nos miente de manera sistemática por su propio interés.

Y lo digo porque veo que os empeñáis en votar a unas siglas de manera inmutable, con un sentimiento inmarcesible, como quien es de un equipo de fútbol. Y mi pregunta es: ¿Si tuvierais un empleado que os lleva a la ruina, cuando no os roba directamente, con actitud de altiva impunidad, le mantendríais en su puesto de trabajo solo porque es del mismo equipo que vosotros? Pues deberiais recordar que los políticos electos son vuestros empleados. El voto no es una vinculación gregaria, un compromiso adquirido que mantener de por vida. Es una decisión pragmática de gran importancia. O así debería ser. A ver si nos aplicamos el cuento, chavales.

Os dejo el principio de una carta abierta a los votantes del PP. Que cada cual la termine como quiera: “No entiendo cómo podéis votar con tanta vehemencia, convicción e irracionalidad a personas que os desprecian tan profundamente..."

Ah, que casi se me olvida: Marhuenda, cumple tu palabra y márchate de España. (Felicidades Ada y Manuela. Yo creo en vosotras, no me defraudéis).


Dimitri Ryznard

miércoles, 20 de mayo de 2015

No es por dinero


Me paro a pensar sobre el tema de los acaparadores de dinero. De la gente que amasa fortunas ingentes, que sigue generando dinero cuando tiene más del que podría gastar en sus próximas diez vidas. No entiendo esa fijación. Bueno, la entiendo, pero no la comparto. Me resulta enfermiza y nociva, tóxica para el resto.

Pero bueno, no me voy a referir a las personas que dentro de la legalidad del sistema capitalista se jarta de llenarse los bolsillos, aunque sea a costa de prácticas esclavistas, como el señor Amancio Ortega. Los problemillas que ha tenido Inditex en Brasil ya si eso los ponemos sobre el tapete otro día.

Donde me empieza a hervir la sangre es con el tema de la clase política abonada al latrocinio y las corruptelas. No se ponen ni coloraos los hijos de puta. Existe un problema muy grave cuando los propios directivos de las empresas privadas asumen como normal y una manera lícita de agilizar los negocios el corromper a cargos públicos. Que vamos, a la vista está que con poquitas palmas bailan, si no les ponen el caramelo delante, ya se lo buscan ellos.

Y en estas estamos, viendo que no se cansan de llevárselo muerto. Como way of life. Todo lo que puedan. Esquilman los recursos públicos poniéndolos a su servicio personal, con total impunidad y con el más absoluto de los desprecios hacia las personas que los han colocado en su cargo. A la vista está. Solo hay que echar una escucha a las grabaciones aparecidas recientemetes, referidas al aparato político-criminal asentado en la Comunidad Valenciana.

Parece que se aprovisionan para el desierto que están construyendo. De hecho es lo que hacen. A fuerza de convertir España en un erial, nos vamos encabronando el resto. Todos los datos apuntan al crecimiento de la brecha social, de la desigualdad. Los ricos cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Esto es, ni más ni menos, lo que está pasando. Y claro, se hace obligatorio preguntarse por qué se sigue legislando a favor de las políticas que lo que hacen es perpetuar esta situación. Por qué desde el lado de los ricos se pretende seguir empobreciendo a la mayoría si lo suyo ya lo tienen resuelto. La respuesta es sencilla. No es por dinero.

No les basta con ser ricos, necesitan que el resto sean cada vez más pobres. Ya que lo que se juegan con ello es seguir manteniendo sus privilegios. Es más, tener cada vez más poder sobre el resto de las personas. Es una cuestión de privilegios, de control sobre los demás.

Ilusos de nosotros, creímos que éramos libres. Menuda falta de respeto por nuestra parte. Rápido se han puesto manos a la obra para bajarnos los humos y recordarnos nuestro lugar. Los amos, otrora indulgentes, nos demuestran que la cosa podría ser peor a base de hacérnoslo pasar peor. “Mirad, podemos joderos cuanto queramos, de hecho lo estamos haciendo”.

Ayer le dijo Manuela Carmena a Esperanza Aguirre que “no somos súbditos”. Parece una obviedad, pero no lo es. A la marquesa hay que recordárselo. Es uno de los máximos exponentes de la impunidad en la que viven los políticos de carrera. De esa sensación que tienen de estar por encima de la legislación vigente, de que las leyes están hechas para todos menos para ellos. Es la encarnación del sentimiento que justifica que no es por dinero. Es porque solo humillando y empobreciendo al resto pueden mantener sus privilegios. Es la élite contra el populacho.


Dimitri Ryznard

viernes, 8 de mayo de 2015

¿Qué mierda os pasa?


A ver, que llevo un día entero intentando asimilarlo y por más que lo intento, nada. No puedo. Es superior a mí. O igual es que lo entiendo demasiado y además me lo esperaba, por lo que el hecho no es más que la cantidad de mierda en la que estamos braceando por no decidir hundirnos de una vez. Enmierdados hasta las fosas nasales, pero orgullosos, oye.

Lo voy a preguntar, así directamente, porque la vaina es para flipar. ¿Qué mierda os pasa? ¿Sois gilipollas o es que el masoquismo de la población de este país se sale de todos los baremos? Porque esto no es indolencia, amigos. La indolencia, su propio nombre lo indica, es que no duele, que nos la suda, vaya. Pero es que esto ya es sangrante. Del palo más gore del inmovilismo político y social.

A ver, para quien no sepa por dónde van los tiros aún, así con nombre y apellidos; ¿qué tipo de mierda es la última encuesta de intención de voto del C.I.S.? ¿Estamos idiotas o qué? A ver, que no os voy a venir yo a decir a quién tenéis que votar o dejar de votar, que cada cual con sus ideas. Hasta ahí me parece aceptable casi todo y yo no estoy aquí para venderle motos a nadie. Pero vamos, una cosa es eso y otra cosa es que la formación política que vaya a sacar más porcentaje de votos vuelva a ser el Partido Popular.

Que ya no entro en si sois conservadores o progres, fachitas o rojillos, de derechas o de izquierdas, me da igual. ¿Sois gilipollas o no sois gilipollas? Porque si es que sí, lo decís, y aquí paz y después gloria. Yo me quedo más tranquilo, no me hago mala sangre y me explico muchas cosas con datos fehacientes y no con conjeturas. Porque menuda incertidumbre llevo encima.

A ver, o eso, o asumo directamente que al grueso de la población española le da igual que sus dirigentes les roben impunemente y además les tomen por el pito del sereno. Porque vamos a ir poniendo negro sobre blanco señores, ya no es que expolien a manos llenas, es que se ríen de nosotros en nuestra puta cara. Y encima se jactan de ello. Que parece de chiste, pero no lo es, hostia.

Vamos, que esto es exagerado. Que el partido más votado en España, y el que va a volver a salir, es una formación política que tiene una caja de dinero negro para repartir sobresueldos desde el mismo momento de su fundación. Por dios, que tendría que estar ilegalizado por asociación con vocación criminal o alguna mierda de esas. Que sé que existen figuras jurídicas a estos efectos. Que estamos hablando de delitos organizados y continuados en el tiempo, de algo sistémico.

Pues no, ahí estamos, otra vez de cabeza contra el muro. Me van a perdonar, pero yo no me lo explico. Y le doy vueltas, eh, que no soy yo persona de pensar poco. Las únicas cosas que se me ocurren es o que somos gilipollas (me incluyo porque aunque sé que yo no lo soy da igual, mandan mayorías) o que directamente sois cómplices. 

Porque si ya es de traca que la justicia no tome cartas en el asunto de oficio, impidiendo que los delincuentes se conviertan en gobernantes, peor aún es que la gente a la que roban les siga votando. Así que de víctimas nada, un grueso de la población española son, como ya he dicho, directamente cómplices. Y esto solo sería explicable si casi el 26% de la población cobrase sobres en B del Partido Popular, cosa que vista la dimensión del saqueo que han llevado a cabo (del que todavía ni se vislumbra el tamaño real) me empieza a parecer posible.

Que a ver, yo entiendo que la fuerza de la costumbre es muy poderosa, pero al final va a ser verdad lo que escribí, medio en broma medio en serio, en La Historia de Otro: "La estupidez humana es la única fuerza más poderosa que la inercia." (Imagina si se juntan las dos).

En esas, juntando fuerzas, tenemos el caso que me parece más lacerante, que es el de la Comunidad Valenciana, feudo tradicionalmente popular. Después del 'espectáculo Rita', Camps, la F1 y demás, siguen votándoles. Después de que Alfonso Rus salga en unas grabaciones admitiendo que entró en la Diputación "para saquearla", siguen votándoles. Matarían a todos los primogénitos varones, y seguirían siendo la fuerza más votada, seguro.

Así que como no quiero pensar que sois una maldita colonia de ratas y cómplices, me veo en la obligación de preguntar. ¿Qué mierda os pasa, es que sois gilipollas?


[Por poner un poco de humor, que en esta pieza me lo he dejado olvidado, os enseño el caso del PP de Huelva, al que El cobrador del Frac perseguirá durante toda la campaña por una deuda.]

Dimitri Ryznard





viernes, 1 de mayo de 2015

Que trabaje Rita (Barberá)

Viñeta: juancarlerias.blogspot.com


¡Feliz primero de mayo! – repiten como una puta letanía obligada cuando pasa la noche que termina de matar el mes de abril – Día Internacional del Trabajo. Lo decía hace poco más de una semana, lo de los días internacionales se nos ha ido de las manos. Ojo, no me refiero a este en concreto, que bien interpretado tiene su aquel, no os vayáis a pensar. Pero la cuestión es esa, interpretarlo bien.

No soy yo muy de ir a clase los festivos, pero conviene recordar por qué hoy es festivo y por qué las jornadas laborales son de ocho horas (cuando los empresarios respetan los derechos de los trabajadores). Vamos, que hay que poner sobre la mesa cosas que a muchos parece que se les hayan olvidado. Por cierto, ánimo a los hosteleros que hoy están trabajando. Para muchos es un día de asueto, como si la empresa nos diera vacaciones porque somos trabajadores y este es nuestro día, pero os recuerdo a todos que esto empezó siendo una huelga general. Que el 1 de mayo no fue una concesión, fue algo que los curritos de la época tuvieron a bien declarar como suyo, sin importarles lo que el patrón, o el sistema, dijeran.

Pues eso, amiguitos, que el 1 de Mayo tiene una historia detrás que es imprescindible conocer, ahí os la dejo a grandes rasgos. Diréis que sí, que es la CNT, que es un panfleto anarquista y todas esas cosas, pero esta plataforma es mía y manipulo como quiero. A quejarse a La Razón, que Marhuenda es buena gente. De hecho, de bueno que es, es tonto.

A lo que iba, el tema del trabajo. La que habéis liado, pollitos. Decir que la cosa está jodida es poco, pero tampoco vamos a pegarnos un tiro, ¿no? ¿NO? Como curiosidad y efeméride sin importancia os diré que mi último contrato de trabajo entraba en vigor justo hace un año. Project Manager, ahí es nada. Contrato fijo y con una nómina medio decente. Lástima que el asunto no saliera bien, si no igual ahora no os estaba dando la turra y como buen acomodaticio asalariado estaba cagándome en Dios en algún atasco durante mi viaje del puente de mayo.

Pero no, aquí estoy, dispuesto a comentaros que no es sólo lo de tener un puesto de trabajo lo que se está yendo a la mierda por paquete urgente, es que muchas veces quien tiene empleo, tampoco es que pueda estar muy agradecido. La recesión económica es una causa para el aumento de los índices de paro, pero si nos referimos al recorte (o directamente atropello) de los derechos de los trabajadores, la crisis es una excusa. Perfecta además.

En esa tesitura nos encontramos camareros trabajando el 1 de mayo, y el resto de los días, hasta 12 horas, teniendo firmadas ocho y cobrando el mínimo interprofesional. Más el bote de propinas, eso sí. Que tampoco somos esclavistas. O gente encadenando contratos temporales a través de una ETT durante años. O simplemente personas tan acojonadas ante la posibilidad de que les den la patada, que el consabido “hay mil en la calle esperando para coger tu trabajo” hace maravillas. Vamos, que encima de cornudos, apaleados. Y tragamos, vaya si tragamos. Dice ese mantra tan celebrado que si conviertes tu pasión en tu trabajo, no volverás a trabajar el resto de tu vida. ¡Nos ha jodido mayo! Está la cosa como para elegir.

Lo que antes era el lastre de ser mileurista ahora es la aspiración de la mayoría. Ay, cómo hemos cambiado. Las empresas ejercen más que nunca la ley de la oferta y la demanda y, ante la escasez en la oferta de empleo, tensan la cuerda de las condiciones laborales todo lo que quieren y más. Y eso no está bonito, señores empresarios. Mi padre, persona hecha a sí misma que porta en el zurrón la sabiduría y la seguridad que sólo te da el tiempo (y las hostias que este conlleva) lo dice siempre: “Para que sea un buen negocio, aquí tenemos que ganar dinero todos.”

Huelga decir que cuando hablo de empresarios no me estoy refiriendo al autónomo o la pyme de turno, que van hasta el cuello intentando salir adelante como cualquiera y en la que, al fin y al cabo, todos van en el mismo barco. Ellos ya saben quiénes son. Los peces gordos, los que tienen la sartén por el mango. Vamos, esos mismos para los que se legisla a medida, aunque sea pasando por encima de la Constitución, con una reforma de tapadillo, rápido y en verano. Vamos, con noctunidad y alevosía. Esos.

No contentos, luego llega los presidentes de turno de la CEOE, o del Círculo de Empresarios, a soltar burradas por la boca, quedándose más anchos que largos. Que a una persona como yo, que gusta de analizar la realidad social con los pies puestos en la calle, le da por pensar: “Están pidiendo a gritos que les pase cualquier cosa que una persona desesperada estime que se merecen”. (Y cada cual que entienda lo que quiera, que yo no he dicho nada).

A esto tenemos que unir el gusto que le han cogido las empresas en España a lo de las subcontratas draconianas en condiciones que rozan el insulto (caso de Movistar) o a los expedientes de regulación de empleo. Los de Bimbo y Coca Cola, ya consumados, y los que planean Vodafone y el BBVA. En el caso de Coca Cola, en el que tras más de un año de lucha se ha conseguido la ilegalización del ERE, la empresa no reculará. Pagará los despidos con la penalización correspondiente y fuera. Al tiempo.

Y terminamos de rematar la faena cuando viene, como si la cosa no fuera con ella, doña Ana Patricia Botín (atiende, que esta sabe de qué va la vaina) y escupe así al vuelo, como lo más natural del mundo, que ve el desarrollo de España en el sector turístico para el mercado del resto de Europa. Que este país se puede convertir en la Florida de nuestro continente. Sí señor, con dos cojones. Tras la burbuja del ladrillo llega la burbuja vacacional. Un país de putxs y camarerxs que asegure diversión y sol a nuestros socios del norte, un patio de recreo.

Pues nada, si la cosa la vemos así casi es normal que estén desmantelando el sistema educativo. Total, ¿para qué lo queremos? De vez en cuando alguien se descuelga filtrando, como quien no quiere la cosa, que la universidad pública es insostenible. Que no salen las cuentas. Claro que no salen, los beneficios de la educación superior no pueden ser entendidos como monetarios inmediatos, tomando los centros educativos como unidades de negocio separadas de un sistema global. En España tenemos un gran capital humano que está huyendo despavorido ante unas perspectivas nada halagüeñas. Y tampoco están buscando que les prometan el oro y el moro. Me vais a llamar rebelde, pero a mí que un investigador, lejos de exigir un salario astronómico, lo que pida sea financiación para su proyecto, no me parece una herejía. Ni siquiera me parece descabellado.

Pero se ve que en lugar de aprovechar los titulados que salen de nuestras universidades, invertir algo más de dinero y generar un tejido productivo diverso y de calidad, con polos punteros, es mejor dejar que la gente emigre casi obligada. Que su know how y sus ideas se vayan con ellos a generar beneficios (no solo económicos) a otro lado, y luego ya decimos que es que la universidad es deficitaria y es mejor desmantelarla, abocando a los trabajadores a una baja cualificación. Total, ¿para qué molestarse?

¿Todo para qué? Para cotizar en un país que aumenta los impuestos mientras recorta los servicios públicos. Lo mínimo que os exijo es que montéis en cólera, porque dedican lo que recaudan a costa de todos nosotros a pagar los intereses de una deuda que han creado ellos, a base de gestiones como la de Bankia. Ni más ni menos. Así de claro. Eh, y que no se ponen ni colorados cuando comparecen ante la gente a la que saquean.

En estas estamos, que viendo esto con nuestros propios ojos, Rajoy tiene los santos huevos de salir a la palestra diciendo qué todo va mejorando, que se crea empleo y que es de calidad. No voy a entrar a valorar las cifras sobre la temporalidad de los puestos que se crean y bajo qué condiciones porque prometí escribir esta tribuna sin ningún criterio periodístico. El que las quiera, las tiene en Internet. Pero vamos, que no se lo cree ni harto de vino, de ese del que a Aznar era mejor no decirle cuántas copas se podía tomar antes de conducir.

Que no me valen los datos macroeconómicos, las previsiones de crecimiento, las bajadas de la prima de riesgo si la gente sigue desesperada, pasando frío y hambre. Que yo no me creo esa mentira. Que de nada nos vale a los que somos mayoría, que el PIB crezca, si se lo van a repartir en dividendos los diez o doce que se lo reparten todo.

Y nada eso, que busco curro. De lo que sea, ya me da igual de lo mío que matando gente.

Dimitri Ryznard